REENCUENTRO Y UN ALMA VALEROSA

Reúne el libro dos novelas cortas de Fred Uhlman (1901-1985). En “Reencuentro” narra la historia de la amistad surgida entre dos chicos alemanes, uno de familia noble y el otro hijo de un médico judío. Compañeros de clase y de gustos afines; sin embargo, los efectos de la llegada al poder de Hitler, con sus leyes antisemitas, provoca la ruptura de esta amistad y la huida del judío a Estados Unidos. Muchos años después, éste, protagonista y narrador de la historia, encuentra inesperadamente en un anuario el nombre de su antiguo amigo y averigua cuál fue su destino. La obra, parte primera de una trilogía, es un relato intimista, muy bien escrito, que, sin ser autobiográfico -ya que Uhlman pertenece a la generación anterior a la de los personajes-, sí que se inspira en su propia experiencia de judío y alemán, exiliado de su país en 1933. El autor demuestra una gran madurez literaria, elaborada con todo cuidado, tanto en los matices psicológicos que jalonan el desarrollo de la trama, como en los precisos y expresivos detalles ambientales que enmarcan la acción. El estilo revela un intenso proceso de depuración léxica y gramatical para lograr transmitir al lector una historia dramática cuyo alcance trasciende lo individual para simbolizar la tragedia de toda una nación, en términos formalmente sobrios. La hondura de la amistad que centra el tema compensa la dureza de la problemática racial que la rompe, y el distinto sentido de la vida de los dos amigos, derivado de sus diferentes convicciones religiosas, está tratado sin prejuicios en ningún sentido, con respetuoso realismo.
En “Un alma valerosa”, un noble alemán, tres días antes de ser ejecutado por participar en una conspiración contra Hitler, escribe a su mejor amigo, un judío al que conoció siendo ambos estudiantes y a los que la guerra separó cruelmente. El autor atiende aquí a la faceta psicológica, expresada en una larga carta escrita por un hombre que dedica las horas de vida que le quedan a explicar a su amigo judío las circunstancias por las que en su momento fue cobarde, y a pedirle perdón. El protagonista dedica juicios muy duros a sus padres, demasiado imbuidos de su clase social, pero achaca sus errores, sin justificarlos, a la educación recibida. Su fe católica está poco fundamentada pero se mantiene en ella con firmeza, mientras que la fe del judío es más sólida. Literariamente tal vez no esté a la altura de la primera parte -de la que se puede leer independientemente-, pero de todas formas es de muy grata lectura.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa