ROSE Y LA PRINCESA DESAPARECIDA

Segundo episodio de las aventuras de una niña inglesa, criada en un orfanato y que, a los ocho años, pasa a trabajar como aprendiza de doncella en casa del mago de la corte. Al mostrar signos de poseer dotes mágicas, su patrón la admite también como discípula de sus clases de magia, donde se muestra como una alumna muy aventajada para su edad. La obra narra la difícil situación del mago real cuando no logra impedir que la hija preferida del rey sea secuestrada por unos espíritus maléficos. Para evitar que la situación trascienda y alarme a la población, Rose adopta la apariencia de la princesa desaparecida y ocupa su puesto en la Corte. La obra, ambientada a mediados del siglo XIX en un país imaginario pero que recuerda mucho al Reino Unido, cuenta una historia muy bien elaborada. Los elementos de intriga y el atractivo de la lujosa ambientación palaciega forman un conjunto sumamente acertado y los personajes, tanto adultos como niños, quedan perfilados de forma convincente. El estilo, de una calidad literaria muy notable, aunque con algún error de traducción, resulta elegante, sin dejar de ser natural y posee una capacidad expresiva, casi mágica, para ambientar al lector en el interior de la trama. La magia, elemento clave de la acción, es en cierta forma, la expresión de una actitud vital honesta, basada en la verdad. Frente a ella están, siempre amenazantes, los poderes oscuros de quienes se basan en la traición y la mentira para lograr sus fines.

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