- Editorial: LA ESFERA DE LOS LIBROS
- Año de edición: 2019
- Materia: Narrativa contemporánea
- ISBN: 978-84-9164-516-0
- Páginas: 416
- Encuadernación: Cartoné
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
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Vuelve Matilde Asensi (Alicante, 1962) con un thriller de aventuras que transcurre en esta ocasión en un tiempo contemporáneo, en vez de la España de los siglos XVI y XVII, donde ha ambientado sus obras más conocidas, como la trilogía Martín Ojo de Plata. El principal ingrediente de su novela es la obra pictórica del pintor holandés Vincent Van Gogh y, en concreto, el destino de uno de los cuadros más famosos, El retrato del doctor Gachet, obra que fue vendida en una subasta en 1990 por 82 millones de dólares a un millonario japonés, el empresario Ryoei Salto, que se había obsesionado con ese cuadro.
Además de pagar esa importante cantidad de dinero, también tuvo que abonar los correspondientes impuestos de Japón, con los que no contaba, que ascendieron a otros 24 millones de dólares. Ryoei Salto tenía previsto instalar su cuadro en un lugar público, para que los japoneses lo pudiesen contemplar. Enfadado con la actitud del gobierno japonés, Ryoei ocultó el cuadro y amenazó con quemarlo el día de su muerte, costumbre muy japonesa de incinerarse con objetos de valor. Ryoei falleció en 1996 y desde entonces nada se sabe del cuadro, a pesar de algunos rumores que dicen que lo vendió a un multimillonario austriaco o australiano o de Las Vegas.
Estos sucesos, que se describen de manera somera en la novela, son el punto de arranque del ingenioso argumento, que busca una posible explicación al futuro de ese polémico cuadro. En una galería de arte de París, vinculada a la historia personal de Van Gogh, un japonés, Ichiro Koga, reúne a un grupo heterogéneo de personas de distintos países que no se conocen y que no todas están relacionadas con el mundo del arte: Odette, Hubert Kools, Oliver Roos, Gabriella Amato y John Morris. Todos han firmado un contrato confidencial que, si alcanzan el objetivo, les supondrá una fuerte inyección económica.
Ichiro Koga les lanza el reto que quedó abierto a la muerte de Ryoei Salto: encontrar el cuadro de Van Gogh. El padre de Ichiro, dueño de una funeraria, se encargó de trasladar el cadáver de Ryoei al cementerio, pero antes de llegar, sin que lo viesen, consiguió abrir el ataúd y robar lo que se suponía que era el cuadro de Van Gogh. En su lugar, encontró una carta dirigida a los que no habían respetado su voluntad en la que les proponía un juego-venganza en el caso de que quieran encontrar el cuadro. Como explica Ichiro, vamos a enfrentarnos a la venganza de un hombre muerto. Como decía la carta, me estoy riendo de ustedes desde la tumba. (
) ¿Quieren el cuadro? Si lo encuentran es suyo. He gastado un tiempo precioso de mis últimos años de vida organizando un juego para que ustedes se diviertan mientras buscan mi Van Gogh.
Las pruebas comienzan en esa misma galería parisina y continuarán después en diversas localizaciones de Japón. Todas las pruebas están vinculadas a láminas de Van Gogh que esconden mensajes que deben desentrañar para después superar, además, las peligrosas pruebas que el supuesto Ryoei ha preparado para dificultarles la búsqueda. Estas pruebas, muy pensadas, exigen un exhaustivo conocimiento de la vida y la obra de Van Gogh y también de la cultura y costumbres japonesas. El argumento avanza con muchas aventuras a la vez que entre los miembros del grupo surgen roces, pequeñas peleas y también una gran amistad que en algún caso deriva en el inicio de una aventura amorosa. El final es sorprendente, que incluye un giro original a la evolución de los acontecimientos.
El narrador de la novela es uno de estos personajes que buscan el cuadro, el holandés Hubert Kools, que posee una galería de arte en Amsterdam que está al borde de la quiebra. Hubert relata todo lo que va sucediendo desde su punto de vista, aunque es bastante objetivo a la hora de narrar las ingeniosas y peligrosas pruebas que ha preparado el millonario japonés.
En una novela de estas características es importante dar a conocer muy bien los ingredientes que se utilizan, donde está la clave del argumento. La autora salpica la novela de contenidos divulgativos sobre la vida y la obra de Van Gogh que ayudan a entender mejor las trampas y las dificultades que se van encontrando. Y lo mismo ocurre con los ingredientes que proceden de la cultura japonesa, que son exhaustivamente explicados por los personajes para que el lector no se pierda en ningún momento.
TROA
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