SANGRE EN EL TÁMESIS

Anne Perry regresa con Sangre en el Támesis, novela de intriga que se inicia en 1856 con la explosión de un barco de recreo londinense que ocasiona doscientos muertos, hecho que es presenciado por William Monk, comandante de la policía fluvial. Enseguida constatan que no se trata un accidente producido por un fallo técnico sino ocasionado y Monk colabora en una investigación asignada al comisario de la Policía Metropolitana. Los primeros indicios apuntan a que el autor es un egipcio quien es inmediatamente detenido y condenado a la horca. Sin embargo el comandante no está del todo conforme y ve que la solución no cuadra sobre todo cuando observa que la actuación de la justicia no es del todo honesta. Efectivamente, en plena época de expansión, el Canal de Suez es un punto decisivo para los negocios de mucha gente, y Monk respaldado por su ingeniosa esposa Hester y su viejo amigo Rathbone dedica tiempo a interrogar a los testigos de la explosión y a indagar por todos los cauces posibles este misterioso caso que parece encubrir la corrupción y el chantaje de importantes navieras británicas que no están dispuestas a que se descubra la verdad por lo que el comandante correrá serios peligros.
La autora ambienta con acierto esta novela de intriga en el Londres de la época, en el naciente esplendor del Imperio Británico, en un tiempo en que los procesos judiciales eran mucho más lentos y había menos medios para investigar que actualmente. La trama ofrece varias secuencias de juicios y tribunales, tema en el que Anne es experta y como siempre muestra ahí su especial habilidad. El ritmo ágil que imprime a la acción, una prosa sencilla y la tensión creciente hacen que su lectura resulte entretenida y que el libro sea un buen representante del género.

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