SELVA NEGRA

El tema de la muerte, habitual en los escritos de Valerie Mréjen (Paris, 1969) se convierte en el eje de Selva Negra, novela breve y cuarta de su producción literaria, publicada en francés en 2012. La autora, huérfana de madre desde su adolescencia y que ya ha superado los años que tenía su progenitora al morir, imagina que esta, viva de nuevo, acompaña a su hija a pasear por las calles de París en distintas épocas y con diferentes edades.
La acción se desarrolla a base de episodios breves, independientes, aunque comparten los mismos escenarios y protagonistas. Valerie Mréjen que, además de novelista es fotógrafa y cineasta, realizadora de cortometrajes y videos, utiliza una técnica narrativa que se inspira en la plasticidad del lenguaje fílmico y está caracterizada por un marcado objetivismo. Cada secuencia se plantea como una toma de cámara, pero, al contrario de lo habitual en un guión cinematográfico, el estilo narrativo alterna los pasajes de frases cortas y escuetas con otros de mayor elaboración estética. En estos últimos se percibe la presencia de un tono intimista y lírico que resulta especialmente expresivo cuando la escritora se refiere a sus años de adolescencia o se retrotrae a la infancia para recordar a su madre aún viva. La obra no presenta una línea argumental definida aunque acierta a transmitir impresiones y sentimientos que logran presentar un entorno temático centrado en la relación materno filial. La necesidad de contar siempre con la posibilidad de la muerte, como final inesperado y accidental de momentos gratos y apacibles, constituye un elemento importante en esta reconstrucción de momentos vividos por madre e hija, a la que tal circunstancia imprime un tono añorante y melancólico. Bien escrita, con lenguaje elegante y discretamente dolorido, esta novela no ofrece un contenido profundo digno de señalar, pero encierra un amplio caudal de emociones y sentimientos de afecto.

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