SEÑOR DE SU ÁNIMO

Pemán, conocido como articulista, ensayista, dramaturgo o poeta, posee una veta narrativa de la que es muestra esta novela publicada en 1943, éxito de ventas en su momento y prácticamente desaparecida después, hasta que, ironías de la vida, la cancelación sufrida por las leyes de la memoria histórica la ha vuelto a la luz.
Se ambienta cronológicamente en los últimos años de Primo de Rivera y las luchas africanas, el exilio del Rey y el inicio de la Segunda República y los episodios violentos de la quema de conventos. En este marco se desarrolla la trama sentimental entre el militar Lope de Cantos y Patricia Somorrostro, grande de España. Aprovecha Pemán para ironizar sobre la frivolidad de la alta nobleza que, absorta en su mundo, desatiende su misión de ejemplo y guía del pueblo. Valores que Patri amará en Lope, cuya nobleza de espíritu y rectitud moral y patriótica, junto al atractivo físico, vienen a representar al héroe clásico.
Si bien no es histórica en sentido literal, sí que presenta una idealización de España, una visión tradicional de la historia encarnada en el comandante Lope, cuyo credo lo conforman: “Dios, la Patria, el padre, el rey, el honor”. Pemán escribe sobre el mundo que debiera ser, más que sobre el mundo que es.
El sesgo ideológico, que podría dar al traste con la novela, se ve contrarrestado por el interés de la trama (enfrentamientos, revueltas sociales, equívocos…), por el inteligente tratamiento del amor (los primeros escarceos, al enamoramiento apasionado, las dudas, los celos…) y por la profundidad psicológica en el tratamiento de los personajes y ambientes. Gracias a un estilo descriptivo muy plástico -muy cinematográfico-, logra representar con viveza el espacio y los ambientes, así como hacer creíbles los personajes. El lector tiene la impresión de asistir en primera fila a lo que sucede ante él, lo que explica el éxito popular del que gozó.
Sobre el trasfondo ideológico triunfa lo novelesco, arropado por el clasicismo y la serena belleza del lenguaje de Pemán; de él decía Manuel Machado: “Es, sencillamente, un poeta que hace discursos, novelas y comedias”.

TROA