- Editorial: PALABRA
- Año de edición: 2008
- Materia: B. de escritores
- ISBN: 978-84-9840-187-5
- Páginas: 224
- Encuadernación: Rústica
- Colección: Ayer Y Hoy En La Historia
- Idioma: Español
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Pearce, sin miedo a la controversia, investiga con erudición y perspicacia quién fue realmente y cómo pensaba el autor de una obra tan extraordinaria.
William Shakespeare (1564-1616) sigue sorprendiendo a cada nueva generación con la sabiduría que emana de su obra, y, según el autor de este libro, puede que sea el mejor escritor que haya existido jamás, "en cualquier caso forma parte de esa terna de autores de los que podemos hacer tal afirmación, con Homero y Dante".A sus conocidas cualidades de escritor, historiador y profesor, Joseph Pearce -autor en esta misma colección de "Escritores conversos"- añade, en esta obra, la de detective, al introducirnos en la vida del más famoso escritor inglés para iluminar la espesa niebla que, en torno a su figura, ha ido creciendo con los años. Partidarios del ateísmo y del relativismo, feministas radicales y también algunos homosexuales, han querido ver en Shakespeare un precursor. Pero Pearce, sin miedo a la controversia, investiga con erudición y perspicacia quién fue realmente y cómo pensaba el autor de una obra tan extraordinaria. Paso a paso, con un método convincente y razonable, nos ofrece los datos que le llevan a concluir, con toda probabilidad, que el verdadero Shakespeare fue un creyente católico, fiel a Roma, que supo vivir en una época muy anticatólica en la que familiares, amigos y vecinos padecieron la persecución y el martirio. ¿Cómo consiguió sobrevivir? ¿Cómo describió los tiempos turbulentos que sufrió Inglaterra? ¿Cómo reaccionó ante la persecución de los católicos? Pearce responde a estas preguntas con datos bien hilvanados, proporcionando infinidad de elementos de juicio profundamente clarificadores, y haciendo revivir al lector, de modo ameno y emocionante, una época de gran agitación, en la que Shakespeare supo hablar y callar, como había que hacerlo entonces para sobrevivir, pero sin renunciar a ser quien era.
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