SIN COMPROMISO

En la novela Sin compromiso, la escritora norteamericana Lisa Gardner (n.1972) narra un nuevo episodio de la serie protagonizada por la ex agente Tessa Leoni que, después de abandonar el cuerpo de policía trabaja como detective de una empresa privada de seguridad de Boston. Uno de sus más acaudalados clientes, Justin Denbe junto a su mujer Libby y su hija adolescente, Ashlyn, ha sido raptado en su lujoso domicilio después de burlar los sofisticados sistemas de seguridad que protegían la vivienda.
En colaboración con el sheriff del distrito y del FBI, Tessa Leoni se dispone a participar en la búsqueda de los Denbe, cuya desaparición, debido a su relevancia social, ha sembrado la alarma entre la buena sociedad bostoniana. La acción contrasta en capítulos alternos, el testimonio que ofrece Libby Denbe, desde el ámbito de los secuestrados, con la versión de Tessa Leoni al dar cuenta de las pesquisas llevadas a cabo por el equipo de agentes encargados del rescate. Los delincuentes muestran una gran competencia profesional en la custodia de la familia, internada en una prisión del Estado que no había sido inaugurada debido a los recortes financieros del gobierno. Sometidos a malos tratos y humillados por sus captores, los Denbe ignoran los propósitos de los carceleros, que hasta el momento no han dado a conocer las condiciones para su liberación. Reducidos a una estrecha celda donde carecen de los más elementales servicios, Libby, Justin y Ashlyn se lanzan de forma violenta sus respectivas quejas respecto a la conducta de cada uno de ellos. La mujer, que reprocha al marido sus frecuentes infidelidades, sufre además el acoso de la hija que le echa en cara que tomara drogas para atenuar los disgustos conyugales. Igualmente, se descubre el embarazo de la chica que, a sus quince años ya mantiene relaciones sexuales con uno de los ejecutivos de la empresa paterna. A pesar de las circunstancias adversas, Libby se esfuerza por restablecer la armonía en las relaciones entre ellos, añorante de los tiempos en que formaron un matrimonio feliz pendiente de una hija a la que dedicaban su vida por entero. También Justin reacciona de forma positiva, al reconocer sus fallos con la firme promesa de evitar en el futuro nuevas infidelidades conyugales. El secuestro parece haber llegado a su fin cuando los raptores fijan la cantidad para el rescate, que los agentes de policía, incapaces de resolver el caso, se encargan de transferir a la cuenta cifrada de los delincuentes. Un violento y extraño desenlace no impide a Tessa Leoni descubrir al verdadero organizador del rapto, que se ocultaba de forma hábil para desconcertar no solo a las víctimas, sino también al equipo de agentes ocupados de resolver el caso. El estilo ágil y acertado diseño de ambientes y personajes queda oscurecido por el exceso de brutalidad de los raptores y las referencias, no descriptivas, a la irregular vida sexual de algunos de los personajes.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa