SOBRE EL CIELO Y LA TIERRA

El volumen recoge unas conversaciones que mantuvieron el entonces arzobispo de Buenos Aires Bergoglio, y el rabino Skorka, uno de los principales rabinos de Argentina. Ambos quisieron ponerlas por escrito. Se recogen sus ideas sobre un amplio abanico de asuntos relacionados con la doctrina religiosa: Dios, la religión, la fe y la razón, los principales temas éticos y antropológicos, el papel de la religión y sus representantes en la vida civil y política, etc.
Como no podía ser de otro modo, cada uno se expresa desde su credo. El Cardenal Bergoglio expone fundamentalmente la doctrina católica, y es más bien poco lo que hay de opiniones personales, aunque es inevitable que algo propio aparezca cuando trata de la situación argentina o del gobierno de la Iglesia. Skorka, que deja claro que el judaísmo permite divergencias internas en muchos puntos, pertenece a la rama llamada “conservadora” –que no debe confundirse con la “ortodoxa”-, y por lo demás se muestra como una persona sensata y ponderada, además de muy buena conocedora de la Biblia y el Talmud. Moderadamente –al fin y al cabo, es su pueblo-, deja escapar algunas críticas a la rígida corriente ortodoxa del judaísmo.
El libro tiene verdadero interés, como diálogo de dos personas que desde sus posiciones tienen mucho que decir sobre temas de gran interés religioso y social. Los protagonistas no esconden el deseo de que este libro quede como un modelo de diálogo interreligioso, y puede decirse que lo logran. No es, sin embargo, un libro destinado al gran público. Una primera razón es por dirigirse a un público culto, en general y en las materias tratadas, que posiblemente no comprenderá en ocasiones expresiones cuyo signiificado dan por sentado los protagonistas. La segunda es que, por parte del rabino, aparece algún concepto que puede desconcertar a un lector poco preparado –aunque sepa de antemano que no lo formula un cristiano- como el de los ángeles sin voluntad propia. Y la tercera es que, por parte del Cardenal, podría sorprender alguna noción que, no siendo incorrecta, no queda muy bien delimitada –el libro no es más que una conversación-, como las posibilidades de participación eclesial de los cristianos en uniones irregulares. Por lo demás, resta algo de interés el hecho de que parte del contenido se refiera a la situación argentina, ajena por tanto a un lector de otro país.

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