SUERTE DE COLIBRÍ

Un niño de siete años y un anciano que muchos años atrás fue un futbolista famoso, viven en casas vecinas sin mantener entre ellos ninguna relación hasta que el anciano encuentra en el suelo un colibrí con un ala herida y pide ayuda al pequeño para cuidarlo. Gracias a este hecho inesperado surge entre ambos una relación de amistad y afecto que llena la soledad de un hombre mayor y suple con la presencia de este la carencia de un abuelo en un niño que nunca ha tenido padre. La historia de la relación entre estos tres seres, niño, anciano y pájaro, está narrada con sencilla ternura, en un tono muy cálido, con estilo espontáneo a la vez que selecto. Cuando el colibrí recupera fuerzas y da señales de que pronto podrá volver a volar, el anciano que se siente muy feliz con la compañía de este nuevo amigo, amanece un día gravemente enfermo e intuye que su final se acerca. El niño se enfrenta así a una doble pérdida que acepta con notable madurez. Como última ayuda a su querido vecino, logra localizar al hijo de este, con el que había perdido contacto mucho tiempo atrás y que acepta reencontrarse con su padre y acompañarle en sus últimos momentos. En un relato lleno de sentimientos afectivos y que subraya el entendimiento intergeneracional, falta sin embargo un expreso sentido trascendente de la muerte.

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