TE QUIERO UN MONTÓN

El niño que protagoniza este cuento está triste porque su papá está de viaje y su mamá tiene mucho trabajo y no puede jugar con él ni tampoco contarle un cuento después de acostarle. Como último recurso le pide que le diga que le quiere y entonces la madre, un poco avergonzada, se inventa muchas maneras de demostrarle su cariño, que es mejor que cualquier cuento; con la nariz tapada, gritando mucho para que todos se enteren, muy bajito como si fuera un secreto, o como si fuera el eco que lo repite una y otra vez. La obra, pensada para aprender a leer o para compartir, es una historia muy breve y emotiva, llena de ternura, donde se pone de manifiesto que los momentos dedicados a demostrar a los pequeños cómo son queridos, se convierten en lo mejor del día. El texto, cuidadosamente escrito en función del público al que va dirigido, se completa con unas ilustraciones bien realizadas, de intensa expresividad hogareña y afectiva.

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