TERRA ALTA

Terra Alta es la novela con la que Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres, 1962) ha obtenido el Premio Planeta 2019. Escritor con una sólida trayectoria literaria, con títulos tan leídos y prestigiosos como Soldados de Salamina y El impostor, entre otros, Cercas realiza en Terra Alta su primera incursión en la novela policiaca, género más popular y comercial que los que ha frecuentado hasta ahora.
La novela se ambienta en la zona de la Tierra Alta de Cataluña, cerca del pueblo de Gandesa, donde aparece muerto el matrimonio Adell y su criada rumana. Los Adell, Francisco y Rosa, muy conocidos en la zona por ser él un empresario muy importante, han sido salvajemente torturados antes de su asesinato. El crimen despierta en la comarca mucha expectación y las fuerzas de seguridad saben que se enfrentan a un caso complicado, pues todo indica que ha sido cometido por auténticos profesionales, aunque hay también algunas dudas.
Uno de los encargados de la investigación es el agente Melchor Marín, de los mossos d’esquadra, una persona con un duro, conflictivo y a la vez exitoso pasado a sus espaldas, que ha rehecho su vida en Tierra Alta y que ve cómo la investigación que lleva a cabo sobre el crimen de los Adell afecta de manera dramática a su propia vida.
En la novela son igual de importantes los exhaustivos detalles de la investigación que llevan los mossos d’esquadra y el pasado de Melchor. Sin embargo, las dos partes no resultan bien acompasadas y al no estar imbricadas con naturalidad en la novela afectan a su ritmo. No tiene mucho sentido que los momentos de más intriga y tensión se vean interrumpidos con un largo capítulo sobre el proceso de enamoramiento de Melchor y Olga, la bibliotecaria de Gandesa.
También resultan tópicos los ingredientes que utiliza Cercas para insuflar vida a su protagonista (su lacerante pasado, sus pesadillas, su duro carácter, su pasión por Los miserables y su increíble afición a la lectura…), elementos que no consiguen dar vida autónoma a un personaje sin alma y con demasiada literatura a cuestas. Para añadir morbo a una narración bastante plana, el autor siembra la sospecha de que detrás del asesinato puede haber la implicación de alguna institución religiosa, ya que de manera sarcástica califica a los Adell como de personas “muy religiosas” y “muy católicas”. Y lo mismo pasa con otros ingredientes propios de las novelas policiacas, expuestos torpemente: algunas muertes, la relación entre los policías, el abogado que le salva de la cárcel, la resolución de la intriga.

TROA