TODO ARDE

El núcleo fundamental de la novela lo constituyen tres mujeres, una de ellas conocida para los lectores habituales de Gómez Jurado, Aura, que aquí aparece ya como viuda después de la muerte de su marido, Jaime, narrada en la novela anterior y con las dos niñas de 7 años, que proporcionan una buena dosis de alegría y frescura al relato.
La segunda mujer, Mari Paz una gallega que suelta con frecuencia frases y dichos en su lengua materna y que ha sido militar pasando por las unidades más condecoradas y más prestigiosas y que ha acabado en la legión pero que ahora vive de precario en un coche viejo y destartalado.
Sere, una ingeniero que se ha quedado sin trabajo, es la tercera mujer; es la número uno en su profesión pero que ahora está obsesionada por otras cosas y sin poder alejarse de unos dados con los que intenta controlar los números que salen.
Se podría hablar de una cuarta mujer, una comisaria corrupta, Romero que trabaja a las órdenes de un banquero más corrupto todavía, Ponzano. Romero también aparece en otras novelas y aquí declara que “ha acumulado derrotas suficientes para toda la vida”.
¿Qué tienen en común? que son excepcionales en lo suyo. Listas intuitivas, capaces de superar pruebas y las cuatro están malheridas, han sido maltratadas, la vida les está saliendo muy cara.
Junto a ellas están otros cuatro machacados por la vida: cuatro legionarios, despojos humanos, pero nobles y que adoran a Mari Paz y se van a ver involucrados en una aventura violenta y llena de riesgo y humor por otra parte.
Y con este cuadro se traza una novela de venganza contra un banquero, Ponzano, que quiere hacer una maniobra no solo ilegal, sino inhumana para hacerse con otro banco, y para eso tiene que hacer saltar los mercados y echar la culpa de todo a Aura que está a punto de entrar en la cárcel. Pero esas mujeres y los legionarios desbaratarán todo.
La acción es constante desde el principio y la tensión le va a la par, de manera que el lector se ve arrastrado a la lectura desde las primeras páginas. Es fácil identificarse con Aura y Mari Paz, a pesar de sus métodos y de sus defectos, porque la injusticia es patente y se ve que son personas normales a las se trata indignamente, de forma que la novela es un alegato contra la corrupción y el afán de riquezas desmedidas. La escritura es fluida y aunque está salpicada de algunas palabras malsonantes no son agresivas y a veces hasta jocosas. Es difícil que no guste.

TROA