TODOS ESTÁBAMOS VIVOS

Enrique Llamas (Zamora, 1989) publica su segunda novela, Todos estábamos vivos, en la que recrea con viveza la Movida Madrileña de los años ochenta, un famoso hecho social de una época en la que muchos jóvenes, ávidos de desplegar su casi estrenada libertad, se lanzaron a toda clase de experimentos artísticos en el cine, las artes o la moda. En esa atmósfera, un tanto convulsa, Llamas narra una historia que arranca tras la noche del famoso concierto en la Escuela de Caminos de la Universidad Politécnica, punto de arranque de la Movida. Adela, hija de una actriz retirada, Diana, un chica un tanto oscura y su novio Teo, Ric y su pareja y Siberia, una estrella punk, entre otros, son los protagonistas que pueblan el relato, todos ellos ávidos de nuevas sensaciones en el ámbito de un sexo sin fronteras o del consumo de drogas, sustancias que los dejaban tan absolutamente “colocados” que creían vivir una existencia ficticia. Jeringuillas, desinhibición y afán de experiencias inéditas se dan cita en una obra en la que junto a un gozo falsamente fabricado, no falta la muerte, la violencia y un desenfreno que deriva en tristeza. La novela, bien escrita y repleta de acción, resulta impactante por su modo plástico y creíble de describir un acontecimiento que forma parte de la historia de Madrid y está protagonizado por unos jóvenes que se movían por sus calles a ritmo de la música ochentera.

TROA