TRASTORNO

Novela realista que relata las peripecias de un joven de veintiún años, estudiante de Minas, mientras acompaña un día a su padre médico en su recorrido de visitas a enfermos de la comarca de la Alta Austria. En un largo monólogo el joven estudiante presenta con estilo sobrio, sencillo y razonado, los distintos personajes y acontecimientos con que se van encontrando. A través de su narración en primera persona manifiesta su personalidad introvertida y difícil, hostil a cuanto le rodea. Bajo esta perspectiva que desfigura todo lo que observa o juzga, aparece un espectáculo caótico de brutalidad, desgracia e insensibilidad en estos pueblos austriacos. Más de la mitad del libro transcribe el monólogo inconexo de un loco cuyas obsesiones, expuestas con fluidez y poder de sugestión, acaban por atrapar al mismo narrador que perdido en el laberinto de ideas no distingue las propias de las ajenas. En resumen, la obra ofrece una visión caricaturesca de la sociedad que contempla y gran cantidad de ideas cuyo sentido simbólico no es evidente. La visión estremecedora de la locura o de situaciones de crueldad produce un efecto deprimente. El dominio de la prosa se hace patente particularmente en el monólogo final. La obra, inscrita en la corriente del realismo crítico, presenta la atmósfera asfixiante y demencial de un mundo desilusionado y amargo, cerrado a toda trascendencia. El contenido queda perfectamente resumido en esta frase tomada de sus páginas: "La vida era una escuela, en la que se aprendía a morir".

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