TRES MANERAS DE VOLCAR UN BARCO

La obra recoge las impresiones marineras vividas en la década de 1980 por el aventurero británico Chris Stewart (1950), primero en las islas griegas y más tarde en una arriesgada travesía desde las costas de Inglaterra a Noruega, Islandia, Groenlandia y Terranova. El autor se instaló finalmente en el cortijo de El Valero, en las Alpujarras granadinas, y se hizo famoso con el relato de sus experiencias, publicadas en los libros "Entre limones" y "El loro en el limonero".
Stewart utiliza, como en ocasiones anteriores, un estilo directo, en primera persona, al narrar la evolución que le llevó desde simple aficionado a experto navegante de alta mar. Después de un cálido verano en el Mediterráneo como patrón de yate al servicio de millonarios caprichosos, se incorpora a la tripulación de un antiguo velero reconstruido, dispuesto a seguir la ruta de los vikingos por el Ártico. Describe con realismo y notable vigor expresivo las penalidades sufridas al surcar mares helados, capear tormentas huracanadas y sortear icebergs a la deriva sin disponer de instrumentos adecuados. Pese al constante riesgo de naufragio, la moral y el buen humor no abandonaron a los esforzados marinos, que disfrutaron de la belleza de las aguas embravecidas y del espectáculo de los delfines, ballenas y aves que se acercaban a la nave en los escasos momentos de calma. El reparto de las tareas a bordo, las horas de camaradería entre canciones y anécdotas, completan el panorama de una crónica en la que los hombres aprenden a controlar sus emociones y a respetar las leyes de la naturaleza.

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