UN LIBRO INUTIL

Libro curioso, original. No apto para el gran público, sino para amantes de la literatura. Se estructura como una breve semblanza poética de siete autores: Paul Claudel (Pequeño Paul), Franz Kafka (Los cuervos), Charles Ferdinand Ramuz (Dos manzanas amarillentas en un cuenco), Samuel Beckett (Beckett, se llama), Francis Ponge (El elixir del doctor Ponge), Guillaume Apollinaire (Guillaume, Guillaume) y Gustave Roud (El pan sobre la mesa). Autores bastante conocidos salvo Ramuz, Ponge y Roud. Ya solo el título de las glosas muestra el carácter poco convencional del libro.
Sobre cada autor aparece una breve biografía (con un apunte sobre las ediciones españolas, a cargo, suponemos de la traductora) y la semblanza propiamente dicha, poética, esto es simbólica, en la que el autor trata de meterse en la piel del escritor como personaje y bucear sobre la creación poética. Se puede pensar que hace falta conocer algo de estos autores para comprender los comentarios de Bobin o bien que las propias semblanzas sirven de incentivo para acercarse a ellos. Todas las glosas están en prosa salvo la de Apollinaire que está en verso.
Caben dos lecturas: una rápida en la que se entiende poco, pero se goza de la brillantez del discurso u otra más despaciosa en la que se pretende comprender mejor lo que hay detrás de la recreación del autor reseñado. La más brillante, a mi juicio, es la correspondiente al último escritor (Gustave Roud) donde Bobin elucida lo que es o no es literatura.
El libro concluye con este pensamiento: “Reunirse de nuevo con la propia voz requiere mucho tiempo. Hace falta primero imponer el silencio a esa voz oscura del saber, de la razón. Este es el trabajo de la belleza, de un libro, de una pintura, o de un amor”.
En realidad, este culto a la literatura supone un rechazo a un racionalismo servil al lenguaje matemático, a un cientifismo, positivismo que vacía las almas, a una sociedad de la técnica y del ruido que impide el encuentro con uno mismo, a un deseo de trascendencia.
Christian Bobin es un autor interesante. Sobre otra de sus obras, ha escrito Luis Ramoneda en Delibris algo que se puede aplicar a este: “Enseña al lector a contemplar, a ver la vida como un don, y lo cotidiano como gracia, en contraste con la sociedad del consumismo, de la prepotencia y la ansiedad...”.

TROA