UN MONSTRUO VIENE A VERME

Conor, un niño de trece años, es el protagonista de una historia donde el más crudo realismo se mezcla con toques de una fantasía, en principio aterradora, pero que pronto se transforma en elemento clave de reflexión y profundidad. Con su madre enferma terminal de cáncer, su padre lejos con una nueva familia después del divorcio y, por si fuera poco, sufriendo acoso escolar en el colegio, la vida de Conor adquiere una dureza inusitada, que él trata de superar, incluso, engañándose a sí mismo. Con esta premisa se articula una trama consistente, narrada con estilo sencillo y a la vez cuidado, que se caracteriza por su capacidad de apelar a los sentimientos más humanos y profundos, aunque también dolorosos. La figura de un enorme tejo que vigila el cementerio próximo a la casa de Conor se convierte en un monstruo de aspecto intimidante y perverso que se desplaza hasta su ventana, y le produce tal desconcierto que duda si será fruto de sus pesadillas habituales. Los diálogos con el extraño ser y los relatos que éste le narra suponen un fuerte choque emocional para Conor en su difícil camino hacia el crecimiento interior y la superación de dificultades. Se abordan temas fuertes y no exentos de crueldad y sufrimiento como el aislamiento y la soledad, la perdida de seres queridos, ausencias familiares; y todo en una edad en que la necesidad de apoyo humano es más acuciante. Es un libro desconcertante mientras se lee, que transmite realismo a través de sus páginas, con un final que ofrece respuestas e invita a pensar sobre lo que es la vida. Sin ser una lectura alegre posee una extraordinaria fuerza para atrapar al lector de cualquier edad, en una maraña de sentimientos, anhelos y contradicciones internas, tan metidas en lo más hondo de la naturaleza humana.

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