UN TESORO EN LA NIEVE

En la primavera de 1940 el ejército alemán se dispone a ocupar Noruega en una de las primeras fases del desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Ante esta amenaza un grupo de patriotas organizan un plan destinado a sacar del país las reservas nacionales de oro, bastante cuantiosas, para impedir que el enemigo se apodere de ellas y las destine a financiar a sus tropas. La escritora norteamericana Marie McSwigan (1907-1962) se basó en este hecho real para describir en forma novelada la actuación de unos adolescentes noruegos que vivían en la población del círculo polar ártico donde se había ocultado el tesoro, enterrado bajo una roca cerrada con bloques de hielo. Fueron ellos quienes poco a poco consiguieron transportarlo hasta un rincón secreto del fiordo local donde un barco pesquero aguardaba listo para zarpar rumbo a los Estados Unidos.
La obra, escrita como una novela de acción y aventura narra la arriesgada y valiente actitud del grupo de chicos y chicas que se vieron obligados a fingir delante de los soldados alemanes, cuando estos llegaron a mitad de la operación de transporte, que solo jugaban a deslizarse en sus trineos por la nieve, más abundante de lo habitual a esa altura del año. Aprovechando que los colegios habían cerrado momentáneamente al llegar el ejército de ocupación, parecía que disfrutaban de unas vacaciones inesperadas, cuando en realidad bajo sus cuerpos ocultaban cada día, repartida en sus trineos, una parte del millonario cargamento de lingotes de oro. Con su aire de inocencia, incluso algo torpe, consiguieron engañar a los pretenciosos hombres de la Werhmacht, dados a considerarse superiores a esos colegiales quienes gracias a su fortaleza de ánimo y al deseo de ayudar a su país, pudieron dominar el miedo que el aspecto y el armamento de los alemanes les inspiraban. La autora logra crear un clima de intriga en cuya tensión mantenida a base de recursos novelísticos sobrios, no faltan detalles de humor y de afecto familiar que atenúan la dureza de fondo de la trama. El relato muestra una sólida estructura narrativa, perfila unos personajes bien diseñados que actúan de modo consecuente con su perfil psicológico y el estilo permite una lectura fácil y grata por su cuidada sencillez.

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