UNA CASA PROPIA

Deborah Levy nació en Johannesburgo, Sudáfrica, en 1959. Creció y estudió en Inglaterra, país al que su familia había emigrado en 1968. Dramaturga, novelista y poeta, publicó su primera novela, Beautiful Mutants, en 1986 y ha recibido a lo largo de su trayectoria literaria varios premios y reconocimientos, considerándose como una de las autoras británicas actuales más destacadas.
Una casa propia es la última novela y forma parte de lo que la autora ha definido como “autobiografía en construcción” junto con Cosas que no quiero saber (2020) y El coste de vivir (2020).
Deborah Levy vive en un pequeño piso de un viejo edificio situado sobre una loma en Londres. Su sueño recurrente es poseer una casa propia próxima a una amplia extensión de agua, con una chimenea en forma de huevo de avestruz, un jardín y cuantas estancias puedan imaginarse, todas ellas repletas de luz. Pero mientras, ha de conformarse con lo que tiene: una casa diminuta, una maceta con un banano, escribir en cobertizos alquilados, dos caballitos de madera, un par de bicicletas eléctricas y habituarse a su nueva situación de mujer próxima a cumplir los sesenta, divorciada y con dos hijas fuera de casa. Su inventario de posesiones es reducido, el síndrome del nido vacío acecha en los rincones, pero lejos de amedrentarse, está dispuesta a seguir escribiendo y enfrentarse a una nueva etapa repleta de posibilidades.
Deborah Levy, al hablar de su propia vida, lo hace con una sencillez brillante, capaz de convertir en ficción los acontecimientos más cotidianos. Pasado y presente dan forma a una realidad vivida. Rodeada casi exclusivamente de personajes femeninos, y apoyada en las escritoras que le inspiraron a lo largo de su trayectoria literaria, la autora habla del sentido de la feminidad y del deseo de pertenencia.
Levy consigue escribir una novela de calidad, con un lenguaje depurado.

Encarnita Herraiz