UNA HISTORIA CONMOVEDORA, ASOMBROSA Y GENIAL

Los padres del protagonista mueren de cáncer con pocos meses de diferencia, dejando tres hijos: Dave, que es el mayor, una chica y un niño de ocho años. De modo juvenil, optimista y aprovechando la compasión y el dinero del banco, buscan otra casa donde vivir todos juntos, incluso con amigos, hasta que deciden que Dave, de veintipocos años, se quede a cargo del pequeño. Él se debate entre la responsabilidad por su hermano y su juventud, orgullosa de sí misma, que desea divertirse, no limpiar, cocinar cualquier cosa, jugar, tener sexo ocasional.
Este primer libro del autor es una especie de memorias escritas en tono intenso, optimista, hilarante, arrollador. En él habla poco del sufrimiento que supuso para los hermanos el quedarse huérfanos, y disfruta, en cambio, señalando las locuras que hacía. No trata las cosas de modo convencional, sino que transcribe su monólogo interior, alegre y desbordante de energía, como una confesión despreocupada, tal y como hablaría con un amigo de su edad. Las páginas que sirven de prefacio resultan difíciles de clasificar por el contraste que presentan con el libro, pues pretenden desmitificar el papel del escritor y parece que se lo toma relativamente en serio. Sin embargo, en conjunto deja la impresión de que hace siempre lo que le da la gana, divirtiéndose y transmitiendo su locura al lector.

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