UNA LARGA ADOLESCENCIA

Memorias de Rosa Regás (Barcelona, 1933) referidas a su etapa juvenil, que se inicia con el fin de su etapa colegial a los diecisiete años, y se cierra con el nacimiento del segundo de sus cinco hijos.
La obra rememora momentos claves del proceso de su paso desde la infancia hasta vida adulta. No se detiene tanto en describir hechos y circunstancias como en el efecto que estos factores externos causaron en su modo de ser y pensar. Su matrimonio, antes de cumplir veinte años, es el elemento más decisivo de una trayectoria hacia la madurez interior que culmina con la decisión de acceder a la universidad, deseo que, antes de casarse, su abuelo y tutor no le había permitido hacer realidad. El tono de la narración no es tan ácido como el que ha caracterizado otras crónicas autobiográficas de la autora, aunque en su contenido subyace el mismo resentimiento nacido de estar alejada de sus padres por motivos políticos. La Iglesia Católica y el régimen de gobierno vigente en España en aquellos tiempos, reciben frecuentes críticas y términos de rechazo por su parte, expresados de modo menos agresivo pero sin que el paso del tiempo modifique esta actitud de fondo. A lo largo de los años muestra continuo descontento con muchos aspectos del entorno burgués en el que vive y acepta con dificultad el sufrimiento derivado de una grave enfermedad de su hijo mayor. Su testimonio personal transmite escasa alegría, aun cuando esta larga adolescencia descrita tenga lugar en una situación material bastante confortable. El estilo sencillo, y coloquial, en primera persona, no impide que su lectura produzca cierto efecto de distanciamiento, por la lejanía temporal de la época mencionada y sobre por su forma expresiva, poco cordial.

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