- Editorial: LA OTRA ORILLA
- Año de edición: 2010
- Materia: Narrativa contemporánea
- ISBN: 978-84-92451-51-7
- Páginas: 1193
- Encuadernación: Cartoné
- Colección: Otra Orilla
- Idioma: Español
34,50 €
Alerta disponibilidad onlineVasili Aksiónov (1932-2009), hijo de Evgenia Ginzburg, la autora de El vértigo, nació en Kazán y a los cinco años, cuando sus padres fueron detenidos y enviados al Gulag (su madre, a Kolymá), fue a parar a un orfanato estatal del que fue rescatado por su tío, que se hizo cargo de él. Tras trece años de separación, volvió a reencontrarse con su madre en Magadán. Este reencuentro es uno de los momentos más intensos de las imprescindibles memorias de Ginzburg.
Luego, Vasili estudió Medicina a la vez que escribía poesías y relatos. En 1960 aparece su primera novela, Colegas, en la órbita de la literatura underground; un año después aparece Billete a las estrellas. En la década de los setenta sigue publicando novelas, relatos, obras de teatro y traducciones. Dos novelas suyas, La quemadura (1975) y La isla de Crimea (1979), fueron censuradas y no se pudieron publicar en la URSS, a la vez que se multiplicaron sus problemas con el régimen soviético Se exilió en 1980 a Estados Unidos, donde impartió clases en diferentes universidades. Fue incluso despojado de la ciudadanía soviética.
A finales de los años 80 recibió en Estados Unidos la propuesta de escribir el guión para un proyecto televisivo sobre la vida cotidiana en la Unión Soviética desde 1924, fecha de la muerte de Lenin, hasta 1953, cuando muere Stalin. Al final, el proyecto no salió adelante (aunque sí se hizo una película años después), pero Aksiónov consiguió escribir una trilogía sobre la familia Grádov, que publicó en 1989, 1993 y 1994 y que tituló Una saga moscovita. En esta trilogía coexisten los personajes reales con los ficticios y se refleja con mucho realismo el clima moral y político de aquellos años de férrea dictadura de Stalin, que el autor y su familia padecieron directamente, como ya hemos visto.
La novela se centra en tres generaciones de esa familia de extracción burguesa. Todo comienza con la fiesta de cumpleaños de Mary Vajtángovna, esposa del médico y patriarca de la familia, Borís Nikítovich Grádov. Esta fiesta sirve de excusa para presentar a otros protagonistas, como son sus hijos: Nikita, que llegaría a ser un héroe en la Segunda Guerra Mundial; Kiril, simpatizante del régimen soviético; y la pequeña Nina, que se dedicará débilmente a la poesía. La novela es un excelente fresco de la época (Mercedes Mommany la ha definido como auténtica Guerra y paz del stalinismo). Aparecen personajes anónimos, políticos destacados del momento -como Mólotov, Beria (jefe del NKVD) y figuras literarias: Maiakovski, Bulgákov o Ródchenko.
Aksiónov intenta que en la novela aparezca todo lo que sucede en la URSS: la vida cotidiana, la obsesiva presencia del Partido, las constantes purgas y hasta la participación de la URSS en los Juegos Olímpicos de 1952. De manera muy verosímil, se describe la atmósfera de miedo y represión que afectaba a todos los personajes: De las puertas de hierro de la Lubianka emergían decenas de cuervos negros, que partían en misión. A la vista de aquellos furgones, el moscovita apartaba la mirada, como cualquier hombre que desecha el pensamiento de la muerte inevitable. Que no vengan a por mí, que no lo quiera Dios, que no vengan a por uno de los míos, bueno, ya está, han pasado de largo
También los Grádov sienten esta persecución, y la padecen. Kiril, el más identificado con el régimen bolchevique, es detenido y trasladado a Kolymá. También Nikita y su mujer acaban en prisión.
El autor sabe de lo que habla, y se nota cuando describe la pena de cárcel que afrontan Nikita y su mujer, condenas que repercutirán en la siguiente generación de la familia, en particular en Borís IV Grádov, nieto del patriarca, y, además, en el hijo adoptivo de Kiril, Mitia. Al término de la Segunda Guerra Mundial, las autoridades no rebajaron el control de la población, una vez más muy bien mostrado por Aksiónov en su densa y múltiple novela. A pesar de las complicadas circunstancias sociales que tienen que soportar, tanto la familia Grádov como el resto de la sociedad intenta rescatar de esa opresión un espacio íntimo donde desarrollar sus ansias de libertad, aspiración que se topa muchas veces con la fuerza del totalitarismo.
Adolfo Torrecilla
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