UNA SEMANA DE LLUVIA

García Pavón continúa la serie de novelas policiacas protagonizadas por Plinio y don Lotario, dentro de la misma línea de “Las hermanas coloradas”, “El reinado de Witiza”, etc. En esta ocasión el autor recarga las tintas, más que en la investigación de los crímenes, en el ambiente pueblerino y cerrado de unas gentes inclinadas al sensacionalismo. Por esto, lo mejor de la obra es su rancio sabor local, transcrito con un realismo sorprendente, por encima de la creación argumental que no está a la misma altura que sus descripciones. García Pavón es ante todo un estilista que maneja el lenguaje con evidente soltura, resucita vocablos viejos o crea otros nuevos de un osado grafismo. Sin embargo, el empleo abusivo de términos soeces llega a resultar molesto y pierde efectividad por su misma abundancia. Como en obras anteriores, el matiz irónico, en ocasiones caricaturesco, es nota dominante del relato.
Parece que la intención de esta novela es poner de manifiesto hasta qué punto “una semana de lluvia” -precisamente la que coincide con las fiestas del pueblo- sirve de revulsivo a las gentes para tomar conciencia de su mísera situación y desfogar en fantasias sexuales. Hay pues en la obra una clara intención de denuncia social. Junto a ello, las continuas referencias o alusiones picantes son, más que nada, recursos formales, que reflejan la vulgaridad o cinismo de los personajes pero que carecen de implicaciones más profundas.

© Reseñas bibliográficas Fundación Troa