- Editorial: TAURUS
- Año de edición: 2023
- Materia: Filosofía. Generalidades
- ISBN: 978-84-306-2562-8
- Páginas: 144
- Encuadernación: Rústica
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
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Un nuevo libro del filósofo mainstream, el pensador coreano afincado en Alemania. Para los libreros, les interesará saber que se trata de un libro que hace innecesarios a los demás, porque sintetiza su pensamiento y lo que, para muchos, es la clave de su obra. Para quienes conozcan al autor, decir que si se han leído los anteriores, este sobra. En efecto, ¿en qué se basa la obra de Han? Desde que empezara a criticar la sociedad consumista, individualista, tecnológica, del rendimiento, etc., Han viene insistiendo en lo que decían, hace mucho tiempo, los griegos y, en tiempos más recientes, de H. Arendt a J. Pieper: que la vocación del ser humano es la contemplación, no acarrear como bestias de carga. Esta afirmación es más sustanciosa y compleja de lo que parece a primera vista y a desenredar esa sustancia y complejidad se dedica Han a lo largo de los capítulos -breves y pocos- que la componen.
La filosofía de Han es una suerte de contrapunto; un revulsivo, una vuelta de tuerca. Donde todos ponemos ruidos, él exige silencio; ¿actividad y tensión?, pues el coreano promueve, literalmente, no hacer nada. Ahora bien, las razones para hacerlo no se encuentran en una moda oriental o en la importancia que adquiere el yoga, sino que todo tiene una explicación antropológica de fondo: en el silencio, en la inactividad, en el ocio es donde nos constituimos como seres racionales, libres y espirituales. Por estas razones, el libro de Han se puede entender como un ataque en toda regla a la línea de flotación del capitalismo productivista. Así lo comenta el propio Han en su introducción: En las relaciones de producción capitalistas, la inactividad regresa como un afuera cerrado. La llamamos tiempo libre. Dado que este es útil para el descanso del trabajo, permanece presa de su lógica. En cuanto derivado del trabajo, es un elemento funcional en el seno de la producción. Con ello se hace desaparecer el tiempo realmente libre.
Ante esta desaparición, Han muestra formas de recuperar -o conquistar- nuestra libertad. Lo bueno es que es posible. ¿Lo malo? Que cuesta, pues exige remontar y hacer frente a toda la corriente que nos arrastra hacia el otro lado. Menos diversiones y más profundidad: he ahí la receta de este libro de Han que recuerda verdades olvidadas. Por eso, merece la pena.
Para quienes quieran comprender lo que pasa hoy. Quizá es un poco negativo en su planteamiento del sistema económico, pero no está juzgando moralmente la economía, sino los efectos antropológicos de un determinado modo de vida, menos imparcial de lo que parece. Por otro lado, hay un sesgo a veces poco compatible con la fe, pero no muy explícito.
TROA
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