Una lectora nada común
nos hace imaginar a la reina
inglesa Isabel II convertida en adicta a la lectura en la
etapa final de su largo reinado. El encuentro con un
bibliobús instalado en un lateral del palacio despierta su
curiosidad, y al entrar en él conversa con un joven usua-
rio, pinche de la cocina real. Entre ambos se establece
una relación duradera que fructificará en un notable
enriquecimiento cultural de la soberana, tan grato para
ella como alarmante para su entorno cortesano y políti-
co.
La obra, impregnada de un humor de la más pura esen-
cia británica, desarrolla una historia muy divertida, tan
ingeniosa como improbable, cuyo contenido constituye
un profundo elogio a la literatura, aunque no tanto de
los literatos. El proceso de descubrimiento de lo mucho
que aportan los buenos libros está narrado desde una
perspectiva singularmente convincente, en tanto que no
aparenta ninguna intención aleccionadora. El autor
describe, de forma ágil y expresiva, a base de secuencias
tan breves como significativas por bien concebidas,
cómo la tópica imagen pública de una reina que no se
interesa pero debe interesarse por todo, se va desinte-
grando a medida que la disciplina de un oficio bien
aprendido y ejercido durante muchos años se resque-
braja, a impulso de una nueva personalidad más
humana y creativa. Sin faltar nunca al respeto a Isabel II,
Alan Bennett
reflexiona sobre el poder de la política y
de la monarquía y lo contrapone al de la lectura, que,
según para qué clase de personas, puede ser más atracti-
vo. Bien escrita, sutil e inteligente, esta pequeña novela
predica con el ejemplo sobre el placer de leer.
REPORTAJE
SL
TROA
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En “La sociedad literaria” se pone de manifiesto
la dificultad de los autores a la hora de encontrar
la inspiración necesaria para escribir
También podemos conocer la dificultad de los autores a
la hora de encontrar la inspiración necesaria. Es lo que le
pasa a la protagonista de
La sociedad literaria y el
pastel de piel de patata de Guernsey
, novela epistolar
cuya acción transcurre a lo largo de 1946. Una escritora
inglesa que publicó con éxito un libro histórico carece de
ideas para escribir otro, como había acordado con su
editor. Entonces recibe una carta de un desconocido
remitida desde Guernsey, consultándole sobre una libre-
ría a la que pudiera dirigirse para comprar libros de Char-
les Lamb. Este hecho le sugerirá dedicar un libro a la
ocupación alemana de las Islas del Canal de 1940 a 1945.
Para ello se traslada a Guernsey, y allí traba amistad con
los miembros de un club de lectura que celebraban sus
reuniones con una receta a base de piel de patata, pues
el racionamiento de comida no permitía nada mejor.
La norteamericana
Mary Ann Shaffer
(1934-2008), con
la intervención de su sobrina
Annie Barrows
en la redac-
ción final, ha escrito una historia donde conviven amor,
guerra y literatura en una mezcla amalgamada a base de
humor, costumbrismo y notas sentimentales. La lectura
como ayuda para superar épocas difíciles y como
elemento potenciador de la amistad entre personas muy
distintas es el eje de una trama ágil, variada y entretenida,
donde intervienen personajes simpáticos y bien traza-
dos. Reconstrucción histórica de los años de guerra y
problemas humanos están técnicamente bien trenzados.