ALMENARA

“Me considero parte de esta naturaleza cercana y pequeña donde los bancales de almendros y olivos encajan con armonía entre los pinares”, escribe el periodista Miguel Ángel Ruiz (Águilas, Murcia, 1969) en este libro que el autor subtitula “Diario sobre la naturaleza y la familia”, ideas que condensan acertadamente su contenido.
El autor es periodista y trabaja en el periódico La Verdad de Murcia, donde escribe sobre ecologismo, naturaleza y sostenibilidad, temas por los que ha sido premiado en no pocas ocasiones. Ruiz está casado, tiene dos hijas, pero se encuentra en una fase de su vida en la que necesita desconectar de su intensa actividad periodística y “reconectarse, como él escribe, con la naturaleza y el paisaje”. En sus frecuentes paseos en bicicleta por la sierra de Almenara descubre una casa en ruinas que sueña en convertir en su anhelado lugar de retiro y de descanso para estar solo y en silencio apartado del mundanal ruido. Hasta que el sueño tiene la posibilidad de hacerse realidad.
El libro, que el autor escribe entre noviembre de 2018 y diciembre de 2019, es el pormenorizado relato del proceso de adquisición de la casa, la realización del proyecto que siempre ha soñado y el discurrir de las obras. Ruiz relata las conversaciones con el arquitecto que se va a hacer cargo del proyecto, con el que a veces no se entiende, y también su relación con la cuadrilla de albañiles que se encargarán de las obras. A la vez, el autor subraya una y otra vez los objetivos existenciales que tiene con esta casa: un lugar para descansar, desconectar, leer y sentirse unido a un paisaje concreto y a una tierra con la que se siente identificado.
Pero poco a poco el autor introduce en su narración algunos temas colaterales que enriquecen el contenido del libro. De manera singular, la relación con Inma, su mujer, al principio reticente al proyecto de la casa; también con sus hijas; el trato con sus hermanos; la historia de su abuelo masón, represaliado durante el franquismo; algunas anécdotas de su trabajo periodístico (como la fotografía de un lince en algún lugar de Murcia que le hacen llegar a la redacción del periódico).
Todas estas cosas juntas hacen de este libro, sencillo y nada sofisticado, un auténtico y emotivo homenaje al deseo de paz, de tranquilidad y de felicidad… La pasión por su nuevo refugio puede ser, sí, “una huida”, pero también es la mejor “manera de reordenarse” y reencontrarse con los aspectos esenciales de la vida.

TROA