- Editorial: RIALP
- Materia: Estudios de poesía
- ISBN: 978-84-321-5047-0
- Colección: < Genérica >
- Idioma: Español
19,00 €
Añadir a mi cestaConsigue 0,95 puntos TROA
19,00 €
Consigue 0,95 puntos TROA
En 1970, Ernestina de Champourcín, la escritora más destacada de la Generación del 27, publicó Dios en la poesía actual en la Biblioteca de Autores Cristianos, y una segunda edición revisada y aumentada en 1972; en ambas, figuraban poetas españoles e hispanoamericanos, nacidos entre 1860 y 1941. José Julio Cabanillas y Carmelo Guillén Acosta ofrecen ahora una continuación de aquellas antologías, aunque en esta parten de poetas nacidos a partir de 1950, con las excepciones de Miguel D'Ors (1946) y de Eloy Sánchez Rosillo (1948), y de autores vivos, salvo Mario Míguez (1962-2017); es decir, de las tres generaciones desde el final del franquismo hasta la actualidad. Los más jóvenes son Bárbara Grande Gil y Sergio Navarro, nacidos en 1992. Además, se trata únicamente de poetas españoles.
Veintitrés de los poetas seleccionados han nacido en diversas localidades de Andalucía, ocho en Madrid y diecisiete en otras zonas de España. Este dato se comprende si se tiene en cuenta que los editores viven en Sevilla y conocen mejor lo que se escribe en esa región, que siempre ha dado excelentes poetas. La elaboración de cualquier antología no es tarea nada fácil, porque hay que seleccionar, excluir a unos, elegir a otros, y, en el caso de la poesía, la dificultad aumenta, puesto que se publican bastantes poemarios cada año, la mayoría en editoriales poco conocidas y con tiradas cortas, por lo que resulta imposible conocer todo lo que se edita. Pienso que autores como Carlos Aganzo, Juan María Calles, Fermín Herrero, Vicente Valero o Manuel Vilanova, entre otros, podrían haber figurado también, o que, en el caso de Manuel Ballesteros, que sí se incluye, tiene poemas mejores, en sus libros más recientes, que los seleccionados. Sin embargo, esto no quita valor ni mérito a esta antología que merece la pena leer.
Hay escritores consagrados y otros más jóvenes y menos conocidos. Hay magníficos poemas y los puntos de vista que se ofrecen sobre Dios son muy variados. Como dice José Julio Cabanillas en el prólogo, no hay en estos autores un credo en particular o la intención de hacer poesía sacra o religiosa, ni de enseñarnos nada en concreto; acaso encontramos solo sinceras preguntas aunque no haya a veces demasiadas respuestas (
). Hasta donde sé, son poetas que, sin más, han escrito auténticos y hondos poemas religiosos. Aún siendo esto así, pienso que es lógico que en bastantes casos el sustrato, implícito o explícito, sea la doctrina cristiana.
Luis Ramoneda
Añadir a mis favoritos
Compartir