HISTORIA DE LA BIBLIA

Barton es pastor anglicano y profesor. Con este libro se dirige principalmente a dos grupos de destinatarios: en primer lugar, a cristianos que desconocen la Biblia y que no la han leído; en segundo término, a tenor de la incultura generalizada, también busca acercar sus enseñanzas a los que están más alejados de las aportaciones del cristianismo y del judaísmo.
Estamos ante un ensayo largo pero muy bien escrito. Tiene algunas partes polémicas, aunque se acerca bastante a la tradición católica: en este sentido, explica el autor cómo se ha ido conformando el canon bíblico, las sucesivas ediciones, la forma de entenderlo de las llamadas religiones del Libro. Lo mejor es el tono divulgativo, lo que hace que la lectura sea cómoda y se digiera bien, a pesar del tamaño.
Para Barton, a diferencia de lo que cabría suponer en un anglicano, la Biblia está mediada por el ser humano. Eso quiere decir que no está escrita directamente por Dios, sino inspirada. Por esta razón, hay que interpretarla. De ahí la importancia que puede dar el lector tanto a la tradición como al Magisterio.
Más dudosas y heterodoxas son algunas consideraciones. Por ejemplo, que se constate que Cristo es el hijo de Dios sólo después de su muerte. Tiene razón el autor, sin embargo, en explicar la continuidad entre el cristianismo y el judaísmo, entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. De ello se colige que tanto Cristo como los primeros cristianos tenían una formación bíblica de primera.
Con esas impresiones, podemos decir que es digno de alabar el interés de Barton por reivindicar las enseñanzas bíblicas y poner en valor el contenido de las Escrituras. En un momento de aguda secularización, Barton explica que se puede leer la Biblia de diversas maneras: claro está, como creyente, pero también se puede tener en cuenta su valor literario y su contenido axiológico. La civilización occidental se sustenta sobre las enseñanzas de ese conjunto de libros tan maravilloso y que, a pesar de los años, sigue siendo motivo de inspiración para la humanidad y sigue constituyendo una síntesis de las principales enseñanzas morales.
A quien conozca en profundidad la Escritura este libro quizá no le aporte mucho. Pero sería recomendable para quienes no la han leído o necesitan contar con mayor formación y conocer de primera mano de dónde mana sus propias convicciones.

TROA