LA BESTIA

La novela ganadora del premio Planeta 2021 ha sido Carmen Mola y con ella se ha desvelado el anonimato de sus autores con gran sorpresa para todos. Los que conocían la trilogía anterior se darán cuenta de que esta novela no tiene nada que ver con las que habían conquistado un espacio nuevo en la novela policiaca española, no solo por la época en que transcurre el relato, sino por el desarrollo de la acción tan alejada de la intriga constante que suscitaban las anteriores. La violencia extrema y sexo descarnado tan característico, está mitigado, aunque no ausente. Parece una novela de otro autor.
La acción transcurre en el Madrid del siglo XIX, del 23 de junio de 1834 al 1 de setiembre del mismo año, una época convulsa con la lucha de isabelinos y carlistas y una epidemia de cólera morbo que asola a Madrid, como a otras grandes ciudades.
Los autores recrean un Madrid encerrado en la muralla y rodeado de barrios insanos, con pobreza y falta de higiene. El tratamiento del cólera estaba lleno de ignorancia y de un desconocimiento de su origen, pero sabían que se transmitía por el agua. Los enemigos de la Iglesia propalan que los curas cogen niños para que contaminen las fuentes. Los autores se centran en este aspecto sobre todo en la primera parte de la novela, con un velado ataque a la Iglesia, aunque contundente.
Se habla también de feminismo e igualdad de la mujer lo que resulta raro y quizá anacrónico en la España del momento.
Comienza la acción con el hallazgo del cuerpo de una niña descuartizado y la leyenda de una bestia -animal u hombre- que sería el asesino, pero se descubre que es un hombre o grupo. Los asesinatos se repiten y un periodista intentará investigar consiguiendo que otros se interesen. Aparecen sociedades secretas y las sectas de los carbonarios y sus ritos medievales. Es en esos ritos donde aparece el mayor horror de la novela.
La protagonista es una niña de 14 años, Lucía, muy pobre y que se hace cargo de su hermana de 12 años después que su madre, una lavandera, muera de cólera y hayan quemado su casa por orden de la autoridad, que quiere limpiar los barrios periféricos: una auténtica heroína, que encarna casi todas las virtudes. La descripción de la pobreza, de la penuria de una gran parte de población frente a la opulencia de los ricos, de los clérigos, los ricos palacios y las Iglesias, marcan el fondo de la novela. Aquí todo el mundo queda calificado: buenos y malos.
Con este contexto se acaba fabricando una historia, en la que la ideología cuenta mucho, resultando un relato más propio de los dramones e historias góticas del siglo XIX. Se multiplican los personajes: un policía, el periodista, el grupo de prostitutas, todas bellísimas personas, y los personajes de la nobleza, y los cargos públicos, sin olvidar a los carlistas. Es una visión de un periodo de la historia de España a través de la estructura de lo políticamente correcto del siglo XXI.
El resultado es una novela desigual y quizá escrita para un público fácil y con una trama emotiva que puede enganchar a un lector menos exigente que busca diversión y entretenimiento.

TROA