LA HERMANA TORMENTA

La segunda novela de la serie titulada “Las siete hermanas” está protagonizada por Ally, una de las hijas adoptivas de un millonario residente en Ginebra. La acción se inicia con la muerte de este y la lectura de su testamento donde además de repartir su fortuna entre estas, para cada una de ellas deja una carta con unas indicaciones para que pueda descubrir, si lo desea, la identidad de sus padres biológicos. En el caso de Ally, todo parece indicar que para iniciar sus averiguaciones debe dirigirse al Norte de Europa.
El desarrollo argumental se desdobla en dos tramas convergentes, la de la vida de la propia Ally quien pocas semanas después de perder a su querido padre, ve morir al hombre con el que estaba a punto de casarse que resultó ahogado al caer al mar en aguas turbulentas durante una regata, y la de una imaginaria cantante noruega que fue muy famosa a finales del siglo XIX, conoció a E. Grieg y a H. Ibsen y se casó con un violinista genial pero bohemio que la hizo muy desgraciada. En capítulos alternos se describe la historia de esta joven campesina noruega de voz prodigiosa, que llega a conseguir fama y dinero pero no un verdadero amor y la de la protagonista, quien pierde a su leal enamorado de forma trágica. Sus trayectorias vitales, muy distintas, están destinadas a unirse en un desenlace final que presenta a una como antepasada directa de la otra. La autora logra fundir pasado y presente en un relato de factura comercial, un tanto sobrecargado de páginas, pero entretenido y variado. La acción centrada en las desventuras amorosas de varias víctimas de maridos que las traicionan, se desenvuelve en ambientes sugestivos, descritos con estilo directo a base de diálogos demasiado extensos, impregnados de emotividad. La autora combina de forma hábil las referencias a la música, en especial al compositor E. Grieg, con los enredos familiares de los personajes, similares a los que pueden encontrarse en las publicaciones de la llamada “prensa del corazón”. Este tratamiento, si bien no alcanza un nivel apreciable de calidad literaria, evita las escenas de contenido erótico aunque se inscribe en un contexto de gran permisividad moral.

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