- Editorial: ACANTILADO
- Año de edición: 2024
- Materia: Ensayos
- ISBN: 978-84-19036-87-2
- Páginas: 208
- Encuadernación: Bolsillo
- Colección: Cuadernos Del Acantilado
- Idioma: Español
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Un libro sobre naturaleza, pero sin naturaleza. María Negroni aclara en la nota introductoria que la idea verde no es el motor del libro, ella prefiere los ruidos, el asfalto, los edificios
. Más que el mundo natural en sí, le interesan los discursos sobre la naturaleza; cómo el ser humano, mediante taxonomías, nomenclaturas y clasificaciones, ha intentado domesticar el aparente caos de la naturaleza con la palabra: el hombre traduce la complejidad del mundo y recobra así el sosiego que provoca el temor a lo desconocido. Paradigma de esta actitud sería sir Thomas Browne. Mientras asiste en Ámsterdam a la disección de un cuerpo por un cirujano, le sobreviene tal malestar ante la sangre y los olores, que decide marchar para siempre a las bibliotecas y los museos naturales.
Reúne apuntes biográficos sobre 49 personajes, hombres y mujeres. Aparecen europeos, estadounidenses y algunos argentinos que, desde Lucrecio en el siglo I a.C. hasta Mike Wilson en el siglo XX, han tratado de clasificar y escribir sobre la naturaleza. Como la autora reconoce, el listado es arbitrario porque además de naturalistas o científicos como Thoreau o Humboldt, aparecen pintores, ilustradores, fotógrafos, filósofos, etc. También creadores de jardines o de museos para exhibir anomalías que se producen en la naturaleza de rarezas, como el museo Kunstkamera en San Petersburgo, establecido por Pedro I de Rusia. O bien, personajes famosos en otros campos, pero que el estudio de la naturaleza tuvo gran significado en su vida, caso de Rousseau.
El tono del escrito es lírico, lejos del tono enunciativo y de la claridad propias de los textos científicos, lo que se adecúa perfectamente con el planteamiento del libro: la fascinación ante la representación de la naturaleza y sus apasionados relatores; bien es cierto que, salvo la cita de Rousseau: El estudio de la Naturaleza siempre empuja a elevarse hacia el Autor-de-las-Cosas no aparece referencia trascendental alguna. También se podría hablar de idealización en cuanto que opta por centrarse en las reacciones y sentimientos de los naturalistas por encima de la realidad mencionada.
Francisco Andrés
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