LOS GATOS GUERREROS. EL PODER DE LOS TRES. 1: LA MIRADA SECRETA

Dentro de la saga titulada Los Gatos Guerreros, La Mirada secreta inicia un nuevo ciclo, protagonizado por tres jóvenes, dos machos y una hembra, pertenecientes al Clan del Trueno, todos ellos hijos de Zarzoso, lugarteniente del clan y de Esquiruela, su pareja. La acción se centra en uno de los machos, Glayino, ciego de nacimiento, que desde cachorro se esforzó siempre por superar las limitaciones que le imponía la carencia de visión, que compensaba gracias a la extraordinaria sensibilidad de su olfato. La trama plantea, en este primer episodio, el tema de la exclusión de personas dentro de un grupo social, bien debido a su minusvalía, como es el caso del protagonista, o bien por haberse incorporado a dicho grupo no en razón de nacimiento, sino de motivaciones sobrevenidas posteriormente. La figura de Glayino, empeñado en actuar como sus hermanos, refleja con realismo la situación de alguien que siempre ha necesitado esforzarse más que el resto de sus compañeros para sentirse satisfecho de sí mismo, venciendo los obstáculos que supone someterse a un aprendizaje como el de sus hermanos. Aunque, en principio, su fuerte constitución física le permite prepararse para ser un guerrero más del clan, tras varios accidentes descubre sus habilidades como curandero y acepta entrenarse para serlo, aprendiendo que así hace lo mejor para ser útil a su clan y en consecuencia para ser plenamente aceptado por sus miembros. A lo largo del desarrollo argumental surgen, además, resentimientos y rechazos con respecto a gatos no nacidos dentro de los clanes guerreros y también entre estos por discusiones territoriales, olvidado ya el espíritu de unidad que los unió durante el viaje que realizaron desde su antiguo asentamiento hasta el actual. Toda esta variada problemática queda bien planteada en situaciones trabadas entre sí de forma consistente, y encarnadas en personajes caracterizados con rasgos muy humanos tras la apariencia felina que se les atribuye en esta fábula narrativa. El grupo de autoras que se integran bajo el pseudónimo de Erin Hunter, ha logrado insertar en una historia tensa, dinámica y bien escrita, un contenido de fondo interesante en función del público al que va dirigido. A las nuevas generaciones de guerreros se les enseña que cultiven más lo que saben hacer bien, no tengan tan en cuenta aquello en lo que fallan, y utilicen su libertad con inteligencia. También se añade que el respeto de los demás se gana siendo leal y valiente, sin importar ni donde se ha nacido ni las deficiencias corporales ni se muevan por la ambición de ocupar puestos importantes, mensajes todos ellos de indudable validez educativa.

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