MEDITACIÓN SOBRE EL ESTUDIO

Un libro brillante y 100x100 recomendable. Se trata de un canto inusitado al estudio y la concentración que, por momentos, recuerda a clásicos como El trabajo intelectual de J. Guitton o El ocio y la vida intelectual de Pieper. Bárcena, que es catedrático de educación en la UCM, desenvuelve de un modo argumentativo lo que aporta el estudio y el cultivo de la interioridad. A su juicio, es el camino más propio del ser humano porque conduce no solo a expresar el anhelo contemplativo, sino también a experimentar el goce inmarcesible de la creación.
Bárcena no entiende el estudio al modo de la memorización: se trata más bien de un tipo de experiencia -en concreto, de la experiencia más alta- pues busca aclimatar el interior para que resuenen los ecos de bienes como la belleza, la verdad y el bien. Eso implica esfuerzo y sobre todo tiempo, así como desembarazarse de hábitos perjudiciales como la intoxicación informativa, la dispersión, el ruido interior o la diversión mal entendida.
El libro, escrito a través de capítulos que tocan fibras muy sensibles de esta labor, es también implícitamente un testimonio del propio trabajo de cultivo de sí y esfuerzo que ha perseguido su autor. Bárcena vincula el estudio con el cuidado y la atención y explica la necesidad de ir interiorizando virtudes para poder ponerse a tono con las exigencias de la vida intelectual.
A este tipo de cuidado y atención está llamado todo el mundo. Los aparejos para adentrarse en el camino son bien conocidos y ahí está el legado de la cultura occidental para dar cuenta de ellos. Pero junto a esta cultura material, también hay una cultura de índole espiritual que se compone de conversaciones, músicas o amistades.
Una bella exhortación a salirse de los moldes que hoy aprisionan nuestros estilos de vida y a ahondar en el sentido de la existencia y cuidar de nosotros mismos. Muy recomendable.

TROA