- Editorial: RIALP
- Año de edición: 2019
- Materia: Religión
- ISBN: 978-84-321-5089-0
- Páginas: 228
- Colección: Testimonios
- Idioma: Español
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Rafael Navarro-Valls tiene peso propio como jurista y como catedrático en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense, con intervenciones en distintos foros, participación en congresos y numerosos libros y publicaciones. Ahora, cuando van a cumplirse dos años del fallecimiento de su hermano Joaquín, el que fuera portavoz de la Santa Sede más de veintidós años, publica un libro en el que reune veinte testimonios de personas que lo conocieron y han querido expresar por escrito sus recuerdos.
El primero de ellos es el del propio Rafael Navarro-Valls, que titula Un hermano amigo del Papa y en el que hace un rápido bosquejo de la intensa vida de su hermano. En cierto modo es un homenaje que rezuma cariño y admiración. Pero los juristas son precisos y no hay elogios gratuitos ni alabanzas innecesarias. Expone hechos, lo sucedido desde que Joaquín, médico psiquiatra que también ha estudiado periodismo, comienza a trabajar como corresponsal del diario ABC en Roma y en Oriente Medio. No tarda mucho en ser presidente de la Asociación de la Prensa extranjera en Roma. Hasta que un día es invitado a comer en el Vaticano por Juan Pablo II. El Papa quiere saber su opinión sobre la remodelación de la Oficina de prensa del Vaticano a lo que Navarro-Valls responde No hace falta una reestructuración, sino una revolución Al poco se le propone ser portavoz de la Santa Sede y al aceptar pone una condición: tener hilo directo con el Papa; el tiempo hará ver que quizá esa fue la clave de su buen hacer. En los años en que trabajó con Juan Pablo II esa relación directa dio buenos frutos: Joaquín sabía qué debía responder porque sabía lo que pensaba y lo que quería Juan Pablo II, con el que sintonizaba magníficamente. De igual modo y con la misma lealtad trabajó después con Benedicto XVI.
Los testimonios que se recogen son variados y hablan de Joaquín Navarro-Valls desde distintas perspectivas, desde los dos lados de la Oficina de prensa. Escriben Alberto Michelini, periodista de la RAI; la profesora de la Universidad de Oslo Janne Haaland; Federico Lombardini, su sucesor como portavoz; Yago de la Cierva, que comenzó joven a trabajar con él y llama jefe y mentor, a quien después pasó de ser el Doctor Navarro -así se le llamaba en Roma- a Joaquín. Más cercano es el de Paolo Arrullano Mi amigo Quico. Siguen capítulos titulados con expresiones castellanas: coger el toro por los cuernos y para hacer una tortilla hay que romper los huevos. Estos últimos lo trataron a su vuelta al ámbito médico en el Campus Biomédico de Roma. Cierra el valioso comentario del que fuera secretario del papa polaco, el Cardenal Stanislaw Dxiwisz, que le llama hombre de confianza.
Quizá el factor común a todos ellos sea la amistad con Joaquín. De hecho, el subtítulo de este libro es sencillamente Testimonios de sus amigos y reduce a cuatro palabras el eje que articula el libro. Y otro sea el respeto hacia un periodista que se atrevió a decir siempre lo que pensaba y a hacer lo que debía, pero siempre con el ingenio necesario para llegar al punto que se proponía sin enfrentamientos, sorteando los obstáculos. Sus entrevistas en Moscú, o el relato de su estancia en Cuba para preparar el viaje del Papa, podrían estudiarse en escuelas diplomáticas.
Navarro-Valls. El portavoz es un texto vivo, con múltiples anécdotas, algunas conocidas y otras inéditas. Tremendamente ameno, con páginas apasionantes y en ocasiones conmovedoras. 228 páginas recogen una vida plena, enorme. Un logro.
TROA
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