- Editorial: PALABRA
- Año de edición: 2023
- Materia: Narrativa contemporánea
- ISBN: 978-84-1368-305-8
- Páginas: 352
- Encuadernación: Rústica
- Colección: Roman
- Idioma: Español
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Meredith Hall (New Hampshire, Estados Unidos, 1949) es escritora y profesora emérita de la Universidad de New Hampshire. Ha sido galardonada con varios premios literarios. Actualmente reside en Maine. Es autora de las memorias Sin mapa y de la novela Benevolencia (2021).
En 1947 Doris y Tup Senter han formado una hermosa familia en una granja propiedad de los Senter en la localidad de Alestad, en Maine. Sus tres hijos crecen felices y han aprendido a amar cuanto les rodea. A pesar de haber pasado por algunas adversidades como el resto de sus vecinos durante la crisis de los años treinta, Doris y Tup lograron salir airosos. Su vida es apacible y su amor no conoce límites. Hasta que un fatídico día un terrible accidente acaba con la vida de Sonny, el hijo mayor, cuando contaba con catorce años. Doris, rota de dolor, se mete en sí misma apartándose de su marido y sus otros dos hijos haciéndoles cargar con una pena y una culpabilidad difícil de soportar. Las decisiones que irá tomando Tup como cabeza de familia no ayudan a que los otros dos niños vuelvan a la paz de un hogar que parece roto para siempre. Dodie, de tan solo doce años, asumirá el cuidado de su hermano menor y decide sustituir a su madre en los trabajos de la granja, una responsabilidad que le pesará toda su vida.
Meredith Hall escribe una novela intensa narrada alternativamente por los tres personajes implicados, Doris, Tup y Dodie, aportando cada uno de ellos su punto de vista de la historia de sus vidas en la que todos esperan, de alguna manera, la redención por el amor.
La autora profundiza en los sentimientos más íntimos que puede experimentar una persona: amor, odio, perdón, rencor, deseos de redención, esperanza, etc. Expone el daño que puede causar un amor sin límites, pero inadecuado. El haber hecho de la granja una isla, donde fuera de ellos nadie tiene cabida, ni tan siquiera Dios, finalmente les convierte en seres vulnerables, fracasados, incapaces de gestionar una realidad que les supera.
Quizá les salve la benevolencia, ese deseo no apagado de querer el bien para sí y para los demás.
Encarnita Herraiz
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