EL COLISEO

Mary Beard es suficientemente conocida como una de las personas más expertas en el mundo clásico romano, y una gran divulgadora de muchos aspectos de la historia y de la vida de este periodo. Une en este caso sus conocimientos a los del catedrático de Cambridge Keith Hopkins, ya fallecido, para hacer un completo estudio monográfico sobre el Coliseo, monumento emblemático de la Roma clásica.
De una forma amena y divulgativa, sin perder rigor, los autores describen el anfiteatro, comenzando por desmontar la imagen cinematográfica de Nerón sentado en el palco, ya que la construcción la inició Vespasiano y la terminó su hijo Tito, precisamente sobre el terreno que ocupaba un estanque de la domus aurea, la casa que se construyó Nerón. Fue un intento de devolver al pueblo romano lo que les había arrebatado Nerón en provecho propio.
Cuentan su diseño, su capacidad, su carácter de encuentro entre el pueblo y el emperador, la distribución de los lugares y cómo se organizaba el tiempo en los juegos que a veces duraban cien días: juegos de gladiadores, lucha entre fieras y ejecución de sentencias sobre delincuentes convictos llevadas a cabo por las fieras. Argumentan que quizás el número de cristianos que fueron ejecutados allí fue menor del que se piensa. No obstante, los cristianos, los Papas siempre quisieron tener capacidad de decisión en el uso posterior del Coliseo. La Cruz que actualmente se encuentra en el centro no es la primera que se puso.
En épocas posteriores su capacidad se aprovechó para tiendas, teatros… usos que quizás contribuyeron a la conservación de algunas cosas y a la destrucción de otras. Los arqueólogos también se interesaron desde pronto por el edificio y el pueblo de Roma y los turistas siempre disfrutaron de la belleza de la construcción.
Una lectura interesante para conocer más a fondo este monumento, lugar obligado de visita para quien va a Roma.

Carmen Trigo