Luis Olaizola. “Es un gran honor y también una
responsabilidad”, subrayó.
Tras señalar que se trata del segundo premio que recibe
en su vida, tras haber obtenido el primero en el colegio, a
la edad de diez años, el ganador quiso dedicar el
galardón a los libreros.
“En este momento tan difícil, están haciendo una
extraordinaria labor –opinó- y creo que cuando un
amigo nos dice que no puede dormir, igual tendríamos
que llevarle a una librería para que le recomendaran un
buen libro de filosofía; y si dice que tiene problemas de
memoria, se le podría dar a leer alguno de los libros de
Muñoz Molina, para que recuerde lo que ha pasado en
España en los últimos veinticinco años…”
Destacó también que en este momento en el que, “según
parece, la moda es quitar y no dar, Troa haya apostado
por ir contracorriente dando y apoyando aún más la
cultura".
“La cultura no puede ser pasiva –subrayó- hemos de
esforzarnos para construir algo con ella. Y no olvidarnos
de que las grandes infraestructuras del país no son las
autopistas sino las escuelas.”
Una biblioteca con ocho libros que
sembraron vida y esperanza en el campo
de exterminio nazi
Iturbe relató que la idea del libro comenzó a gestarla tras
la lectura de unas líneas de un ensayo de Alberto Mangel
- “La biblioteca de la noche”- sobre rarezas bibliográficas.
“La de Auschwitz era diminuta y clandestina -destacó-, un
infierno en el que la vida no valía nada, y los libros, cuya
tenencia se pagaba con la muerte, eran objetos preciosos
y moneda de pago.”
“Comencé a documentarme y decidí que tenía que viajar
a Auschwitz –agregó- y sentir la vibración del lugar.”
Explicó que la experiencia fue “tremenda; es un sitio que
inquieta. Cuando te quedas solo hace mucho frío, un frío
interior; aquello no es un campo; es un cementerio. Un
lugar sobrecogedor”.
El ganador del II Premio Troa “libros con valores” aludió
también a los dos personajes principales de la novela,
Freddy Hirsch y Dita Kraus, de quienes destacó su heroísmo
y entereza “Cuando conocí a Dita en Praga fue una
experiencia increíble; quedé conmovido por su enorme
fortaleza, a pesar de todo lo que ha padecido”, destacó.
A FONDO
SL
TROA
7
Julián Villanueva, Ana Santos, Antonio G. Iturbe y José Luis Olaizola
