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Las hijas del Capitán
María Dueñas
Planeta | 624 págs. | 22,50 €.
Las hijas del Capitán
es
la cuarta novela que
publica María Dueñas
(Puertollano, 1964).
La autora se mueve
muy bien en el best-
seller de aventuras,
sentimental, realista,
con unas historias muy
elaboradas, escritas
con un estilo que busca
llegar a miles y miles de lectores,
sencillo y muy eficaz.
En esta ocasión la novela se ambienta
a mediados de los años 30 en
Nueva York, destino del emigrante
malagueño Emilio Arenas, que lleva
años recorriendo países y trabajos
hasta que se instala en la “Little
Spain”, barrio en el que viven miles
de emigrantes españoles de las
primeras décadas del siglo XX. Tras
unos trabajos ocasionales, se aventura
a montar una casa de comidas, El
Capitán, y para sacar adelante el
negocio decide que su mujer y sus
tres hijas, que viven en Málaga, se
trasladen a Nueva York.
Cuando llevan unos meses viviendo
en Nueva York, un accidente portuario
acaba con la vida de su padre. Tanto la
madre como las tres hermanas deciden
continuar con el negocio familiar. Pero
el negocio no arranca, y tienen que
tomar decisiones importantes que
afectan tanto al conjunto familiar como
a sus vidas personales. En la novela
hay historias de amor, ejemplos de
fortaleza y afán de superación, algunas
escenas sórdidas, acontecimientos
muy humanos, pasajes turbios y
momentos donde brilla la amistad y la
generosidad.
Resulta original la perspectiva que
adopta la novela: cuatro mujeres que
luchan por salir adelante en un mundo
hostil y en medio de circunstancias
muy adversas. Las reacciones y
decisiones de Remedios, Victoria,
Mona y Luz aportan a la novela
variedad.
•
Los perros duros
no bailan
Arturo Pérez-Reverte
Alfaguara | 168 págs. | 16,90 €.
La novela se centra en Negro, un perro
“mestizo, un cruce de mastín español y
fila brasileño”, que gracias a su fiereza
y fortaleza ha conseguido sobrevivir
a las peleas de perros que organizan
los humanos. Ya retirado –ahora se
encarga de vigilar una nave-, mantiene
un mítico prestigio sobre el que se
sustenta el desarrollo de la novela.
Las peleas, violentas y encarnizadas,
le han pasado factura física y mental.
Negro es ahora un perro abrumado
por la dura experiencia de la vida,
cansado, un tanto estoico, que
desconfía de las personas y también
de muchos perros, pero que tienen un
agudo y comprometido sentimiento
del compañerismo y la amistad. De
hecho, arriesgará su vida al enterarse
de la sospechosa desaparición de dos
perros amigos suyos, Teo y Boris el
Guapo.
Pérez-Reverte
utiliza el mundo de
los perros como
una parábola
para reflexionar
sobre el mundo
de los humanos,
que no salen muy
bien parados. Los
rasgos de carácter
de Negro y su
despechada actitud ante la vida son
los habituales de otros personajes de
la narrativa de Pérez-Reverte: Falcó,
Alatriste, etc. Con un ácido humor
y mucho cinismo, Pérez-Reverte
describe el mundo de los perros
con características muy humanas.
Y todo ello escrito con buen ritmo
narrativo, con su previsible intriga y
una resolución acorde con el personal
sentido de la épica de Pérez-Reverte.
•
La investigación
Philippe Claudel
Salamandra | 240 págs. | 18 €.
Las novelas
de Philippe
Claudel (Nancy,
1962) no suelen
moverse por
senderos
previsibles.
La
investigación
cuenta
la llegada de El
Inspector, así, con
mayúsculas y sin
nombre propio, a una ciudad sin
nombre en la que una gran Empresa,
que tampoco lo tiene, agrupa todo
lo existente en la ciudad. La Empresa
llena la ciudad y en la ciudad solo
existe la Empresa. El Inspector ha
recibido el encargo de averiguar
el motivo de una serie de muertes
de empleados de la Empresa que
parecen suicidios. El Inspector se
va encontrando con el Camarero, el
Policía, el Guía, el Responsable, el
Fundador…
Ingeniosa fábula sobre nuestra
sociedad, en la que la persona corre
el peligro de que la burocracia o el
poder de las instituciones le anulen
como individuo. La novela recuerda
la profética
1984
de Orwell. Y en
otros momentos, los complicados
avatares de El Inspector, acosado
por mecanismos que le oprimen,
traen a la memoria las agobiantes
escenas de Kafka en
El proceso
. Quizá
ni la investigación en sí, ni los hechos
que se relatan tienen importancia.
La tiene la tensión opresiva que
transmite el relato, que nos hace
sentir el desconcierto y la perplejidad
del Inspector ante la hostilidad de
unas circunstancias absurdas que
complican hasta lo indecible lo que
siempre había sido sencillo: encontrar
una habitación en un hotel, conseguir
una comida decente, o un sándwich
en una máquina en la que se ve el
apetecible contenido. Pequeños golpes
de humor o reacciones amables en los
mismos que antes le habían negado
ayuda, suponen un breve respiro en
una atmósfera asfixiante.
•
Se habla
de ellos
SL
SE HABLA DE ELLOS
|
TROA