leer forma parte de todo el itinerario de
la enseñanza desde la educación
familiar hasta la universitaria. Ese es el
reto que hay que afrontar. Por eso
merece la pena, repasar, primero, los
beneficios de la lectura, para pensar,
después, sobre cómo incitar a la
lectura.
Los beneficios de la
lectura
La lectura aporta por lo menos cinco
enormes beneficios intelectuales,
que merece la pena detallar.
1.
En primer lugar,
aumenta
la capacidad de pensar y razonar
,
porque aumenta el vocabulario y las
imágenes y ejemplos que puede
manejar la inteligencia. Hay que tener
en cuenta que la lengua es el primer y
principal instrumento con que trabaja la
inteligencia. La inteligencia no se reduce
a la lengua, pero trabaja mucho con la
lengua. La clave del pensamiento es el
juicio, el poder decir algo sobre la
realidad. Y lo que se puede decir sobre
la realidad (lo que se puede pensar)
depende totalmente del número y
calidad de las palabras e imágenes que
una mente puede manejar. Una mente
que maneja dos mil palabras no piensa
igual que una mente que maneja veinte
mil. Miran el mismo mundo, pero no lo
comprenden con el mismo discerni-
miento ni lo expresan con la misma
riqueza. Con menos palabras el univer-
so se ve mucho más borroso, como se
vería una película que tuviera poca
definición: no se distingue lo que hay en
la imagen.
2.
Además,
la lectura da
acceso a la información escrita
, que
es la más profunda y detallada, en la
prensa, en las revistas o en Internet
(que generalmente no es lo más
profundo, a no ser que se sepa dónde
buscar). Y también da acceso a los
libros donde se deposita y se transmite
el conjunto del conocimiento humano,
con tres áreas principales: el pensa-
miento y el ensayo; la historia y la
biografía; y las ciencias experimentales.
3.
Aumenta la experiencia
de la vida, con la experiencia de
otros.
Gracias a la lectura de novela o
de biografías podemos vivir en situacio-
nes y ambientes completamente
distintos de los propios y así adquiri-
mos perspectivas nuevas. Podemos ver
el mundo como lo ve un anciano y un
niño, una chica y un chico, un enfermo y
un sano, y un antiguo soldado romano,
una chica iraní del XVII o un general de
la corte de los zares.
4.
Nos facilita el contacto
personal con lo que más saben y con
lo que mejor han pensado.
Un gran
escritor, biógrafo e intelectual francés,
Jean Maurois, comenta: “Nuestra
civilización es una suma de conocimien-
tos y de recuerdos acumulados por las
generaciones que nos han precedido.
No nos es posible participar de ella sino
poniéndonos en contacto con el
pensamiento de esas generaciones. El
único medio de lograrlo y de llegar a ser
un hombre culto, es la lectura; nada hay
que pueda reemplazarla (…). Ningún
hombre posee suficiente experiencia
como para comprender a los otros y
comprenderse a sí mismo (…) Los libros
nos enseñan cómo otros, mucho más
grandes que nosotros, también han
padecido y buscado (…) son ventanales
abiertos sobre los paisajes de otras
almas y de otros pueblos”.
5.
Acompaña en la vida y
proporciona evasión y disfrute.
La
lectura es una gran compañía. No solo
leemos para aprender, también leemos
para disfrutar, emocionarnos, entrete-
nernos e incluso para evadirnos, que es
una necesidad del espíritu para aliviar
las cargas de la vida y del trabajo. El
novelista alemán Michael Ende refleja
muy bien lo que puede ser una pasión
por la lectura en muy temprana edad;
“Quien no haya pasado nunca tardes
enteras delante de un libro, con las
A FONDO
SL
TROA
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