E
n muchos países, España entre ellos, hay una
gran preocupación social por la Educación. Se vier-
ten ríos de tinta en los medios de comunicación
impresos, se saturan las ondas de radio y televisión,
se "calientan" las RRSS, se consumen muchas GB,
se echan muchos discursos y se invierte mucho
tiempo en encuentros profesionales o en conver-
saciones sociales argumentando sobre la impor-
tancia de la educación, de la educación en valo-
res, de la excelencia educativa, etc.
Es rara la ocasión en la que las conversaciones,
las declaraciones y los discursos no acaban de
una u otra forma contemplando el tema desde
una óptica política o económica. También son
muy frecuentes las confusiones semánticas en
torno al término “Educación”. En la práctica
parece que existe un amplio consenso implícito
que otorga la responsabilidad educativa a los
gobiernos y a las instituciones públicas o priva-
das.
El gran peligro de estas concepciones sistémicas
radica en que las personas humanas nos acabamos
convirtiendo en "unidades de producción" o en
"recursos humanos" en función del tipo de materia-
lismo que ejerce el poder político.
Una verdadera educación debería
"ayudar a cada
ser humano a establecer y mantener vínculos valio-
sos con la realidad, especialmente con las personas”
siendo por tanto algo esencialmente personal,
doméstico y no tanto institucional.
Si el paradigma educativo, bien sea desarrollado en
ámbitos domésticos o institucionales, es de natura-
leza reactiva, es decir considera al educando como
un mero receptor de conocimientos, ideas o estra-
Importancia
de la Educación.
Formación de la conciencia
SL
EDUCACIÓN
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TROA
J.F. Calderero