V PREMIO LIBROS CON VALORES
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de prensa. La concisión del estilo y la valerosa precisión con que
exponía sus ideas, fueron para él un modelo a seguir, convencido de
que Jimenez Lozano ha sabido ver la existencia de un lenguaje común
que puede entenderse en todo el ámbito del territorio español. Para
no limitarse sólo en el terreno del periodismo, destaca también el
poder iluminador de su poesía, la potencia lumínica de su enorme
sencillez. Sin dejar de ser un poeta de la modernidad, sus versos tienen
la concisión de los clásicos y en ellos es frecuente encontrar imágenes
tomadas de la pintura, transmitidas con impactante plasticidad.
Cierre del acto. Intervención del ganador del Premio
En último lugar y como cierre del acto, intervino el autor
galardonado que expuso una serie de reflexiones sobre lo que significa
ser escritor en el mundo actual. Sus palabras, como su escritura,
fueron sinceras, sencillas y de un realismo muy propio del alma
castellana en el que no faltaron ni el sentido común ni el sentido del
humor. El numeroso público que llenaba la sala se mostró en todo
momento interesado en el desarrollo de las intervenciones de los
participantes en la mesa redonda, pero al escuchar las palabras de
Jiménez Lozano, se animó visiblemente la actitud de los espectadores.
Comenzó recordando que al escritor le conviene ser modesto
porque si se sube a un pedestal muy alto, es fácil que se caiga. Los
libros deben producir al lector la misma satisfacción y alegría que la
visita de un amigo que viene simplemente a pasar con él un buen rato.
Sentir al libro como un amigo no es habitual. Falta costumbre de trato
amistoso con la letra impresa. Comprender este aspecto debe ser una
preocupación de quien escribe, no es un problema que deban solucio-
nar los gobiernos sino los autores. El mundo literario es como una
familia vergonzante, pero hay cierta cordial camaradería, cierta solida-
ridad en la marginación entre sus miembros que se animan unos a
otros a no desesperar y a buscar fórmulas atrayentes que no exijan
rebajar la calidad de lo que se escribe.
La literatura vale en tanto en cuanto es real y la realidad es que,
desde hace 4.000 años, ya existen textos escritos. Aunque alguien sea,
por ejemplo, el mejor poeta del siglo XX, debe reconocer la presencia
de muchos otros mejores poetas muchos siglos por delante. Los
periodistas dicen que, al realizar su trabajo, es difícil ser neutral. Pero
es que no se trata de ser neutrales, sino ser leales a los hechos y nada
más.
En literatura hay que ser respetuoso con la realidad para no
trastornar al público, pero luego cada uno escribe como le gusta y no
hay nada más. Los libros con valores son los que cuentan historias
humanas, con los valores de siempre. En el ámbito profundo de la
interioridad del ser humano no se ha registrado ninguna mutación y, si
la hay, todavía no se aprecia. No se trata de dar opiniones que no son
más que especulaciones, se trata de que lo que es, es como es. A pesar
de todos los cambios del mundo la gente sigue estando ahí, en eso.
Con respecto a su actitud respecto al premio que se la ha
concedido, citó parte del discurso que pronunció William Faulkner en la
recepción del Premio Nobel en 1949: “Considero que este premio, más
que conferírseme a mí, como hombre, se otorga en honor a mi trabajo,
a la obra de una vida transcurrida entre la zozobra y la extenuación del