razón. De alguna manera, conozco a Dios
desde que soy, en la medida en que voy
tomando conciencia de ser.
También puedo contestarte que, en mi
vida, Dios ha sido tan simple y tan sabroso
como tener salud, que dice Benedetti.
También, que cada día que recibo algo suyo
me doy cuenta de lo poco que le conozco.
¿Qué le llevó a tomar la gran
decisión de dedicar el resto de su vida a
Dios?
Perdona, la gran decisión fue la suya:
la de confiar en mí su poder de Hijo de Dios
y Salvador de los hombres. Esa decisión sí
que fue fuerte. Yo también decidí, pero lo
mío era una apuesta segura, porque Él no
falla nunca. ¡He dicho «nunca»! ¡Qué
barbaridad!
Antes de ser sacerdote, ¿quería
dedicarse a otra cosa?
Me gustaba la filosofía, y no sabía a
qué me iba a dedicar, pero suponía que al
mundo de la docencia o de los negocios,
pues me gustaba también la gestión.
José Pedro Manglano
Entrevista de Mariana Royo Villanova - Periodista
J
osé Pedro Manglano celebra sus bodas de plata como
sacerdote: hace 25 años que se ordenó, aunque él afirma que su
vocación dio comienzo el día de la boda de sus padres. Apasio-
nado y enamorado de Cristo, su «pobre loco», y entusiasta
imparable, arrastra tras de sí a jóvenes universitarios con ganas
de compartir su peculiar estilo de vida. Un estilo de vida donde
no está reñida la santidad con tomarse unas copas con los
amigos, ni la libertad con la renuncia a uno mismo. Esta
entrevista pretende asomarse a lo que han significado estos
veinticinco años para el Padre Manglano, o don Josepe, como le
llaman los que le conocen bien.
¿Qué estudió y en qué universidad?
Tras doce años en el colegio del Loreto y de Maristas,
empecé Filosofía y Derecho en la Universidad de Valencia,
terminé y me doctoré en la Universidad de Navarra.
¿Cómo y cuándo conoció realmente a Dios?
Pienso que todos conocemos realmente a Dios desde el
mismo momento en que somos concebidos. Me gustaría hablar
de esto más extensamente, pero no es el momento. Me confor-
maré con decirte que a partir de Descartes hemos reducido el
conocimiento al conocimiento intelectual —axiomas, demostra-
ciones, argumentos, discursos—, cuando el conocimiento del
hombre no se limita a la razón: el conocimiento integral de la
persona es mucho mayor y justo con la realidad que el de la sola
SL
ENTREVISTA A
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TROA
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