¿Cuándo entró en el seminario?
A los veintiseis años.
¿Cómo reaccionó su familia?
Mis padres, contentos. El día de su
boda el sacerdote les dijo que, si querían
un hijo sacerdote, ese era buen momento
para pedirlo. Así lo hicieron. Pienso que en
ese momento empezó la historia de mi
vocación. De modo que a todos los que se
casan, les recomiendo que lo hagan…
¿Qué momentos le han marcado
más a lo largo de su vida sacerdotal?
¡Uff! Me han limitado a 600 palabras
la entrevista; me gustaría contestarlo, pero
lo dejo para un libro futuro que quiero
titular Cartas del cura a su sobrino. Pero te
digo que algunos momentos duros de
obedecer, alguna situación de incompren-
sión sufrida precisamente dentro de la
Iglesia, en sus instituciones —con buena
voluntad por su parte, por supuesto—;
también me marcan casi todas las misas
que celebro, cada una de las Escapadas
que organizamos con Hakuna, cada día que
veo resucitar un nuevo joven que estaba
muerto…
¿Ha dudado alguna vez de su fe?
¡Claro! No quiero confundirte, pero
pienso que casi todos los días dudo. ¡Es tan
escandaloso todo lo que creemos los
cristianos! Pero todos los días decido creer,
confiar en Él y en la Iglesia. Pero es lógico
que algo en mí me proponga dudar.
¿Qué le diría a un joven totalmente
alejado de Dios si le pide que le dé en
pocas palabras razones para creer? ¿Le
recomendaría alguna de sus obras?
Las razones no sirven, porque el
cristianismo no es una ideología. ¡Cristo es
vida! Le diría: «ven y verás». Ven a una
Escapada, vente a una Hora Santa, ven al
monte o a un Revolcadero, a un Comparti-
riado o a unas copas, haz algo con Hakuna
o con un grupo en el que la vida cristiana
corra por sus venas, y entonces verás.
Da charlas todos los lunes en la
parroquia para los jóvenes. ¿Sobre qué
tratan? ¿Con qué intención las da
exactamente?
Las charlas del último curso las he
publicado —trabajándolas y dándoles
unidad— en mi último libro, titulado Santos
de copas. Ha arrancado con mucha fuerza
este libro: creo que va a dar que hablar.
También están colgadas en la App «Rezar
en el metro».
Aparte de su trabajo sacerdotal, ¿a
qué otras cosas se dedica?
Doy clase de Antropología en la
Facultad de Ciencias de la Información,
dirijo Planeta Testimonio, realizo Apps… Me
divierto con muchas cosas.
Se podría decir que es usted un
«cura moderno», con un estilo de vivir el
cristianismo que atrae a los jóvenes. Hoy
en día, parece que para muchos resulta
complicado estar cerca de Dios y
comprenderle. Sin embargo, usted
consigue que se acerquen a Dios a la vez
que se lo pasan bien, con sus charlas,
escapadas, voluntariados... ¿Piensa que
la Iglesia en general necesitaría un
cambio de este tipo?
Por supuesto. La Iglesia necesita un
cambio siempre; fidelidad y cambio van
unidos. No se puede ser fiel a ningún
espíritu fundacional sin estar en continuo
dinamismo.
¿Cuándo y por qué empezó a
escribir?
Porque necesitaba dar a leer algo
que no encontraba. «Si no está, habrá que
escribirlo», pensé.
Recientemente han sido publica-
das dos novedades suyas, Santos de
Copas y su famoso Evangelio comentado
día a día para 2017. ¿Cuál de ellos cree
que va a llamar más la atención de los
jóvenes? ¿Por qué?
Santos de copas sugiere, y realmente
ofrece, un estilo de vida. El Evangelio 2017
es una agenda de vida espiritual totalmen-
te renovada y adaptada al estilo de hoy,
con espacios para notas y un formato muy
moderno y cómodo que invita a leer y vivir
el evangelio de cada día. Me parece
interesante que cada uno tenga su libreta
de vida interior, y esto es lo que hemos
querido hacer.
Como ya hemos dicho, organiza
muchas actividades para que los jóvenes
consigan acercarse a Dios. ¿Es conscien-
te de lo bien que conecta con ellos?
Sí, porque me lo paso muy bien con
ellos. Les quiero un montón, y ellos a mí.
Queriéndose, ¿cómo no va a haber
conexión?
ENTREVISTA A
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TROA