el protagonismo absoluto de la creación
poética y se multiplica en una serie de otras
Lisboas: la ciudad-laberinto, la ciudad-geo-
metría, la ciudad-cuerpo, la ciudad-espejo, la
ciudad-enigma, la ciudad-fantasma.
Autores como José Cardoso Pires
(
Lisboa. Livro de bordo. Vozes, olhares,
memorações
), Antonio Muñoz Molina (
El
invierno en Lisboa
), Cees Nooteboom (
La
historia siguiente
), Antonio Tabucchi (
Requiem
,
Sostiene Pereira
), Lobo Antunes (
Memória de
elefante
,
Os cus de Judas
) o el propio Sarama-
go (
História do cerco de Lisboa
,
O ano da norte
de Ricardo Reis
) manipulan la ciudad creada
por Pessoa, añadiéndole elementos novedo-
sos o ampliando el espectro de las posibilida-
des narrativas hasta los límites del sueño y
de la ensoñación.
La voluntad del ser humano crea
espacios; el sueño, al que se abandonan
tanto los heterónimos pessoanos como los
personajes creados por otras plumas varias
décadas más tarde, permite perder la
conciencia de la realidad de ese espacio
urbano y ser muy creativo. De esta forma, en
la escritura de Lisboa prevalecen la emoción
y las ideas, y el resultado de esa victoria
sobre la racionalidad es una ciudad renovada
y recreada según las inquietudes del artista.
Nace un universo urbano subjetivo que
apenas tiene referencias en la ciudad real:
Deus quer, o homem sonha, a obra nasce,
en
palabras del propio Pessoa.
Sin embargo, en la década de los 90
del siglo pasado la herencia pessoana se
diluye en un movimiento social, tecnológico y
artístico que permite modernizar la ciudad a
pasos agigantados.
El Cais do Sodré
de
amplias y oníricas reminiscencias literarias,
es sustituidos por la frenética actividad de
los – entonces recién inaugurados – centros
la ciudad. La
protagonista se
considera una
guerrillera
urbana en los
trayectos que van
desde su
residencia hasta
la redacción del
periódico en el
que trabaja; el
frenesí de la
capital contagia a todos los personajes,
quienes a su vez le imprimen un carácter
moderno y vitalista, al borde de la neurosis
permanente.
Cabe destacar, a modo de conclu-
sión, la novela
Dona Pura e os camaradas de
Abril
del caboverdiano Germano Almeida,
ambientada en una Lisboa testigo del
desmoronamiento del régimen, en la que la
ciudad literaria tradicional asume unos
matices insólitos y, quizás, recupera ese halo
de exotismo de siglos ya lejanos. En ella, la
metrópolis se observa desde la perspectiva
de un estudiante africano, por lo que la
escritura urbana teje una red de significados
que oscilan entre una ciudad real y una
ciudad inesperada, con un toque paródico
común a otros escritores lusófonos contem-
poráneos.
La Lisboa literaria adquiere, en el siglo
XXI, la fisionomía de un espacio sugerente,
vitalista, moderno y vanguardista, pujante y
atractivo, lo que invita a dejar atrás la imagen
tradicional de los siglos XIX y XX y a perderse,
cual viajero imprudente, entre sus calles y,
en definitiva, descubrir sus fascinantes
secretos.
comerciales de las Amoreiras, Colombo y
Vasco da Gama. Aparecen en el panorama
editorial obras sorprendentes que marcan
una inversión de tendencia en la percepción
de la capital portuguesa.
Una de las pioneras en este sentido es
Margarida Rebelo Pinto, que con su novela
Sei lá
se convierte en una autora rompedora,
tanto desde el punto de vista estético, como
desde el punto de vista temático. Se trata de
una novela marcadamente urbana, en la que
la protagonista femenina es una mujer de
treinta y tantos años, soltera, que trabaja en
una revista de crónica social de la capital, y
que sufre una serie de desengaños amoro-
sos al igual que su grupo de amigas, todas
ellas guapas, aparentemente realizadas
personal y profesionalmente, y que en
realidad se encuentran profundamente
insatisfechas y resignadas. Un Sex and the
City a la portuguesa, ante litteram. Lisboa
deja así de ser un espacio etéreo, la ciudad
blanca de matices tristes y lánguidos, y
asume el rol de ciudad frenética, tanto de día
como de noche. Sus personajes, neuróticos
muchos de ellos, aunque marquen tenden-
cias, se mueven sin descanso por sus calles,
rompiendo los tradicionales mitos ligados a
la necesaria lentitud de los movimientos por
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