SL
PENSAR Y ESPIRITUALIDAD
44
TROA
E
rán las 11:26 horas en España del pasado 13 de
mayo, cuando el Santo Padre proclamaba santos a Francisco
y Jacinta, dos de los tres videntes de Fátima, junto con Lucia,
en medio del júbilo, del llanto y de la emoción incontenida
del medio millón de peregrinos llegados de todos los puntos
de Portugal, y de cincuenta y cinco países. Era el cénit de un
viaje en el que el Santo Padre había llegado como “peregrino
de la paz”.
¿Y por qué atrae tanto Fátima? Nuestra Señora del Rosario de
Fátima, y denominaciones similares, da nombre a más de
cuatro mil iglesias, altares, capillas, monumentos, calles e
incluso barrios enteros, en todo el mundo. Y este recuento
seguramente no es exhaustivo.
A la extensión de la devoción, se añade cierto morbo. Pocas
cosas atraen tanto la curiosidad popular como las profecías
apocalípticas, las revelaciones, los secretos sobrenaturales.
Algo de ello hay en Fátima. Para creyentes y para crédulos. Y
algo de negocio de hoteles y de venta de adminículos
religiosos, de mejor o peor gusto (de lo que, por otra parte, el
santuario saca poca ventaja, ni puede hacer nada por
impedirlo porque casi nada de ello es del santuario).
La historia de Fátima es mucho más sencilla. Y el centro no
son los hechos extraordinarios, que los hay. La historia, bien
sabida, empieza con cuando una niña analfabeta, Lucia, de
10 años pastorea, el ganado con sus primos Jacinta y
Francisco (de 7 y de 9 años respectivamente), y se les aparece
una Señora en un lugar llamado Cova da Iría. El 13 de mayo
de 1917. La Señora les pide que recen el rosario, que oren
por los pecadores y que reparen las ofensas a Jesús. Según
predice la Virgen, se les vuelve a aparecer los días 13 de cada
mes, hasta octubre (en agosto, aparece el día 19, porque los
niños habían sido encarcelados por las autoridades civiles).
En la última aparición, en octubre, ante una multitud de miles
de personas se produce un hecho extraordinario, anticipado
por la Virgen. El sol “danza”: gira rápidamente y lanza
destellos. Miles de testigos –incluidos periodistas no
creyentes y científicos rigurosos– dan fe del acontecimiento.
Dos de los tres pastorcitos, Jacinta y Francisco, morirán
pronto, después de haber tenido una corta vida, llena de
oración y sacrificios. Por esta vida de santidad precisa-
mente el Papa acaba de canonizarlos ahora.
Luego está el “secreto” que, a partir de lo que anunció la
Señora, redactará Lucia, y entregará a la Santa Sede. Lucia
profesó como carmelita y murió, anciana, en 2005, dos
meses antes que Juan Pablo II. El traído y llevado secreto
consta de tres partes. Esencialmente: la visión del
infierno; el fin de la Primera Guerra Mundial y el anuncio
de la Segunda; el auge y caída del comunismo, la persecu-
ción a los cristianos, y el atentado a “un hombre vestido
de blanco”: el Papa, Juan Pablo II. La última parte, el
llamado “tercer secreto”, se hizo público por parte del
Vaticano en el año 2000, acompañada de un texto
interpretativo, elaborado por el entonces cardenal
Ratzinger, futuro Benedicto XVI. Quien quiera seguir
elucubrando, que lo haga, pero la Santa Sede ha puesto el
punto final.
¿Punto final? ¿Con la caída del comunismo se desvanece
Fátima? Ni mucho menos. El mensaje de las apariciones
conduce a lo esencial de la fe cristiana: adorar a Dios. Y,
además, la maternal advertencia de la Virgen sigue siendo
actual: conversión personal, rezar, y rezar por la paz.
En
Cien años de luz
se compendia toda esta historia, se
ofrece casi completa la interpretación del Vaticano del
mensaje de la Virgen, se pasa revista a la relación de cada
uno de los Papas –desde Benedicto XV a Francisco- con
Fátima; se cita qué santos han pasado por el santuario; se
relatan algunos milagros realizados por intercesión de la
Virgen de Fátima; se analiza qué labor pastoral se realiza
hoy desde el santuario, y cómo ha cambiado el perfil de
los peregrinos que allí acuden.
Se echaba en falta un libro actual, divulgativo, que
condense el pasado en un relato resumido y que mire al
futuro inmediato, y precisamente en un momento en que
acaba de dar comienzo en centenario de las apariciones,
con la presencia del Papa y con la canonización de Jacinta
y Francisco.
José Mª Navalpotro
¿Una historia
apocalíptica?
Palabra | 256 págs| 18,50 €Pensar