EL VIAJE DE LOS REYES MAGOS
SL
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TROA
historia de unos Magos que salieron de sus países
siguiendo a una Estrella y se encontraron a un
Niño.
Ahora me tocaba presentar a cada uno
de los reyes, situándolos en un país, y dedicados
a un quehacer. Para su ubicación pensé en tres
grandes civilizaciones que circundaban
Palestina: “Asiria, Persia y Arabia”. Para sus
afanes imaginé tres objetivos con los que puede
pretenderse ser feliz: “saber, poder y tener”. Es
claro que el tercero, “tener”, en el sentido de ser
muy rico, ha sido y es el más generalizado. El
segundo solo pueden pretenderlo algunos y el
primero se restringe a unos pocos.
Así,
Melchor
es rey de Asiria y cree que en
la sabiduría encontrará la felicidad. Una noche
descubre una Estrella. Se pone, en seguida, a
estudiarla. Lee muchos libros. Su saber es
incapaz de comprenderla. La Estrella está
invitándole a ponerse en camino. Brillaba en la
inmensidad del cielo. Él, en la pequeñez de la
Tierra, se enfrenta a su misterio con sus libros y
sus interrogantes. Al amanecer, llena un arca
con oro y parte dispuesto a seguirla.
Gaspar
es rey de Persia. Piensa que será
feliz siendo el rey más poderoso de la tierra.
Acaba de ganar otra guerra. Un nuevo país se
sometería a su imperio. Está ensimismado,
cuando las estrellas comienzan a girar. En su
centro surge una especial. Gaspar cae de
rodillas. Sus deseos de poder le parecen
inútiles. Cuando amanece, carga un cofre con
incienso y comienza a seguirla.
Baltasar
es rey de Arabia. Su país es
inmenso pero casi todo desierto. Sus habitantes
son nómadas. Su casa es la tierra y su techo el
cielo. Son pobres pero acogen en sus tiendas a
cualquier viajero. Su rey es muy rico pero nunca
está satisfecho. Se dedica al comercio. Cuanto
más posee, más miedo le da perderlo. Una
noche que prepara una caravana para
conseguir inmensas ganancias, advierte una
lluvia de estrellas que se precipitan sobre la
tierra. Piensa que es el fin del mundo. Se da
cuenta que su dinero no sirve de nada. En un
instante todo entra en calma y brilla una
Estrella. Viéndola se percata que sus diamantes
son pobre polvo negro y oscuro. Llena un cofre
con mirra y se dispone a seguirla.
Cada rey tenía un camino para ser feliz.
La Estrella les hizo emprender otro. Un día se
encuentran. Se cuentan el motivo de su viaje y
comprueban que siguen la misma Estrella.
Deciden continuar juntos. Están en Palestina.
Melchor había leído: "Se verá una Estrella y
nacerá el Rey de Israel". Llegan a Jerusalén y
preguntan: “¿dónde está el Rey de los Judíos
que ha nacido?” Unos soldados de Herodes les
conducen al monarca. El Rey les dice que
también él quiere encontrar al Niño, para
reconocerle como nuevo Rey. Y pide que le
informen.
Vuelven al camino y divisan Belén, que
significa "casa del pan". La luz de la Estrella se
posa sobre un Niño dormido en brazos de su
Madre. Dios ha querido que ellos, venidos de
lejanos reinos, lo reconozcan como el Rey del
universo. Cuando se despierta, abren sus
cofres.
Melchor le ofrece oro, reconociéndolo
como Rey. Gaspar incienso, adorándolo como
Dios. Baltasar mirra, descubriéndolo como
hombre.
Y además le entregan: Melchor, sus
saberes, Gaspar, su imperio; Baltasar, sus
riquezas. Ese pequeño Niño nada sabía, nada
podía y nada tenía, pero los tres reconocen que
sólo Él llena de felicidad sus vidas.
No regresaron por Jerusalén. Se
despiden. Son tres corazones en camino.
Vuelven a su vida ordinaria. Pero después de
descubrir a ese Niño, nada es ya lo mismo. Esta
historia, que sucedió hace dos mil años, es la
causa de que los Reyes Magos se pongan, cada
año, en camino y nos traigan regalos para
celebrar la Navidad.
Diez años más tarde de publicar ese libro,
me animé a escribir un segundo cuento. Lleva
por título
El viaje de los Reyes Magos
(Libros
libres, 2007). La idea era que el relato lo contase
un padre a una de sus gemelas. La protagonista
es Rocío, acompañada de sus hermanas
Rosana, Mavi, Irene y Teresa y de sus primos,
Antonio Federico e Ignacio, que siempre juntos
celebraron la fiesta de Reyes en casa de su
abuela paterna. Lo dividí en pequeños capítulos
siguiendo el calendario de la Navidad. Desde el
24 de diciembre al 6 de enero. Por eso en las
primeras páginas advierto:
Amiguito lector quiero darte un aviso…quie-
ro contarte esta historia por etapas…es la historia
de un viaje que …(discurre) en Navidad. Quiero
hacer un acuerdo contigo: cada día yo te contaré
una parte que tú leerás …no deberás leer más que
el capítulo que corresponda a ese día.
Me propongo que el niño acompañe a
los Reyes …para conocerlos mejor,… Además, el
lector cada día al terminar de leer, debe hacer
un esfuerzo para escribir un pequeño diario de
su día de vacaciones. Y le digo:
Escribir te costará un poco, pero cuando
seas más mayor comprobarás que nada se
consigue sin esfuerzo… Contarás…las cosas que
has hecho… y que quieras recordar. Al final del
libro tienes páginas en blanco preparadas para
que seas su escritor… este libro será tu libro.
Contará la Historia de los Reyes Magos y la historia
esa Navidad en la que tú los acompañaste en su
viaje. Y… podrás regalarle al Niño todo lo bueno
que hiciste esta Navidad.
Han pasado otros diez años desde la
publicación del segundo cuento. Mi corazón me
pide escribir el tercero. Trataré de reunir los
anteriores, añadir, modificar y suprimir lo
necesario. Su título:
La historia del viaje de los
Reyes Magos
. Pido la ayuda del cielo para que
esta ilusión se haga realidad.